La vida está llena de desvíos inesperados. También de dificultades que acaban convirtiéndose en una ventaja. Y, por encima de todo, se compone de oportunidades para evolucionar y componer nuestro propio relato con un sabor genuino.

Precisión triplista (6 de 8 en esta complicada suerte del juego) y un gran partido de Anna Cruz (18 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias) y Dewanna Bonner (30 puntos y 5 balones robados) fueron los ejes sobre los que pivotó la valiosa victoria del Rivas Ecópolis sobre el Pefumerías Avenida (88-81), en el partido más importante de la jornada decimotercera de la liga femenina. Tan relevante fue el triunfo de las madrileñas, que por primera vez en lo que vamos de temporada varió el paisaje de la cumbre de la competición, que despide el año con un nuevo líder: el Ros Casares. Las valencianas avasallaron al Hondarribia de Irún (50-93) en su propio feudo.

Estaban Batista llevaba tres jornadas sumido en el desacierto y la precipitación. Todo empezó con el partido que hizo ante el Cajasol (que su equipo, el Baloncesto Fuenlabrada, ganó) donde sólo fue capaz de anotar 3 de 11 en tiros de 2, aunque capturó 9 rebotes. Ante su siguiente rival, el Power Electronics Valencia, repitió su desatino anotador con idénticos guarismo (3 de 11 en canastas de 2) y nuevo rebotes para compensar. Hace dos semanas, cuando la lógica indicaba que frente a un rival como el Asigna Manresa se iba a resarcir, bajó su productividad reboteadora (5 capturas) y perdió hasta siete posesiones, la mayoría de ellas como consecuencia de hacer pasos, infracción producto de la ansiedad que tenía por recuperar rápido su mejor nivel. Eso sí, ese día sumó un punto más (ocho) que en partidos precedentes. Pero le quedaba la amargura de que su equipo había perdido con nitidez sus dos últimos envites.

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21.diciembre.2010

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La liga ACB se sigue ganando a conciencia su condición de competición respetada. Cuando uno analiza las declaraciones de los jugadores nuevos que llegan a la liga, hay un eje común en las palabras de la mayoría de ellos: venimos a la segunda mejor competición del planeta. Y a fe que algunos indicadores confirman la impresión. Para empezar, es una competición en la que cualquiera puede ganar a cualquiera. Donde la complejidad táctica es más rica que la NBA y donde la nota común se concreta en partidos llenos de igualdad, espectáculo y dramatismo del bueno. Tres ingredientes que se pudieron apreciar a raudales en la victoria del líder, el Real Madrid, sobre el Caja Laboral (67-72), que empezó la jornada como segundo y que, como consecuencia de su derrota y del triunfo del Barça frente al DKV pasa a ser tercero.

Para algunos aficionados al baloncesto ver un partido de baloncesto es un planazo. Si encima se comparte ese momento con la que persona que más nos motiva, divierte y complementa la mecha de la pasión está encendida. Sobre esas claves, funciona el décimo relato que ha elaborado el escritor gerundense Josep Pastells para Fiebre Baloncesto. Si te gusta el baloncesto y siempre tuviste una opinión personal sobre el paraíso, éste es tu relato. Un monólogo interior en el que encontrarás lúcidas reflexiones sobre qué es la felicidad y cómo cultivarla. Máxime si te apasiona el deporte de la canasta.

Con todo respeto, Manresa es al baloncesto lo que Fátima a la religión. Un lugar milagroso, donde lo impensable (habida cuenta de su limitado presupuesto) se hizo posible en dos ocasiones: primero, en 1996, cuando el equipo, dirigido por Salva Maldonado, ganó la Copa; después, en la temporada 1996-97, cuando conquistó la liga, entrenado esta vez por Luis Casimiro. En ambas ocasiones, Joan ‘Chichi’ Creus, el base y el alma de este equipo, fue el catalizador de ambos logros. Hoy día, la en tidad manresana, patrocinada este año por la empresa Assignia, es un ejemplo de gestión eficiente de recursos humanos, económicos y deportivos en el mundo del baloncesto de élite. Roberto Fernández estuvo ahí este fin de semana y nos retrata esta singular localidad con humor, honestidad y mucho amor por este deporte.

Sólo resta una jornada para que expire la primera fase de la Euroliga. El Real Madrid ha tenido un rendimiento bastante desigual en esta competición, en la que acumula cinco victorias y cuatro triunfos para ocupar la segunda plaza del grupo B que lidera el Olympiacos griego, con un triunfo más. Guarismo que podrían haber igualado los blancos si este miércoles no les hubiera entrado el síndrome ‘tú no me motivas’. Esa dispersión mental según la cual esta temporada ya ha caído contra tres colistas de las competiciones en la que participa: Meridiano Alicante, Spirou Charleroi y Brose Bramberg. La derrota ante los alemanes fue la más decorosa de las tres (82-75). Carlos Sánchez Blas, narrador de los partidos de baloncesto de Onda Madrid, estuvo allí. Y nos relata con humor y sabor de ‘enfebrecido’ las cualidades que distinguen a esta ciudad. Por el camino, expresa sus preferencias de juego en relación al cuadro germano y se anima a ponerse delante de las miradas fiebre…Con guasa y arte, como no podía ser de otra forma.

Los Boston Celtics tienen tras de sí la leyenda más fastuosa de la NBA. Diecisiete títulos alimentan su mito de orgullosos verdes. Eso sí, sus aficionados pasaron más de veinte años de su historia reciente maldiciendo su pasado. Maldiciéndolo porque la conciencia de tanta púrpura pasada les hacía más difícil de digerir las penurias competitivas que padecieron entre finales del 80 (cuando la espalda de Larry Bird se abría por todos lados) y mediados de esta primera década de siglo (cuando el equipo era una oda a la medianía). Por suerte para todos (el baloncesto precisa de sus leyendas en buena forma), los orgullosos verdes recuperaron su esplendor en el parqué juntando a dos dinosaurios con mucho talento y poco que perder: Ray Allen y Kevin Garnett, que se agregaron al talento anotador de Paul Pierce.