‘Bola de fuego’ Fisher

blogs-icononba-icono

Las finales NBA de este año no tienen reparos en reinventar sus alicientes con cada nuevo capítulo. El nuevo protagonista de esta serie es un base no muy alto (1,85), pura fibra cincelada a golpe de repeticiones en el gimnasio y corazón de ganador. El clásico caso de jugador que durante la temporada regular es una medianía y cuando su equipo transita las finales multiplica espectacularmente sus prestaciones. Fisher lideró a su equipo con 11 puntos en el último cuarto (16 en el cómputo global), donde protagonizó entradas ‘suicidas’ a canasta, que cuestionan fundamentos de la física como ‘La ley de la gravedad’ o ‘La impenetrabilidad de los cuerpos’. Él y Kevin Garnett han sido los actores principales de un choque que Alejandro Echeverría desmenuza con humor ‘fiebre’, aderezado con datos poco analizados.

***

‘Bola de fuego’ Fisher

Alejandro Echeverría Rey

 

LAL2-BOS1

 

Tengo debilidad por las películas malas, no puedo evitarlo. Cuando leo críticas que dicen: «Pretende conseguir la sincera comicidad de ‘Superbad’ (Supersalidos), pero… es simplemente ‘super bad’ [super mala]», «Si lo que estás buscando es diversión, deberías evitar esta película», «…una gris e incoherente comedia juvenil», me entra una increíble curiosidad por saber qué consideran «malo» los críticos.
Sí, estamos hablando de «La noche de mi vida» (I Love You, Beth Cooper) y sí, me he acordado de ella después de ver el tercer partido de las finals NBA.
Aunque algunos podrían pensar que asocio a Hayden Panettiere <http://www.imdb.es/name/nm0659363/> con Derek Fisher y al empanao Paul Rust <http://www.imdb.es/name/nm1770256/> con

Tengo debilidad por las películas malas, no puedo evitarlo. Cuando leo críticas como: «Pretende conseguir la sincera comicidad de ‘Superbad’ (Supersalidos), pero… es simplemente ‘super bad’ [super mala]», «Si lo que estás buscando es diversión, deberías evitar esta película», «…una gris e incoherente comedia juvenil», me entran unas ganas increíbles de verla aunque sólo sea para saber qué consideran «malo» los críticos y llegar a entender algo de cine algún día. Sí, estamos hablando de la joyita de Chris Columbus del año pasado «La noche de mi vida» (I Love You, Beth Cooper) y sí, me he acordado de ella después de ver el tercer partido de las finales de la NBA. Seguro que algunos intentan adelantarse pensando que he asociado a Hayden Panettiere con Derek Fisher (por su fuego y sus cabellos) y al empanao de Paul Rust con Ray Allen (que sin las gafas imaginarias de pasta que utilizó en California no fue capaz de meter ni un sólo triple esta vez). Lo cierto es que no, os cuento por qué.

 

LaNocheDeSuVida

 

Todo el mundo tiene en su grupo de conocidos a alguien que se mantiene siempre en el más profundo anonimato (y empanamiento) hasta que llegan los momentos decisivos y con un golpe de ingenio se lleva inexplicablemente el triunfo y a «la más guapa». Así es Denis en la película y así se lleva de calle la victoria del tercer partido (y las portadas de todos los periódicos deportivos americanos) Derek Fisher. A pesar de ser un jugador entradito en años (35, 36 en Agosto) y muy lento, tiene la habilidad de aparecer en los momentos finales para dar la victoria a su equipo de una forma espectacular. Los Celtics lo sabían y no reaccionaron a tiempo.

 

Siguiendo la predicción de numerosos expertos/fanáticos en Boston, Garnett desplegó en casa todas sus habilidades y carismas anotando más puntos (25) que en los dos partidos anteriores juntos. Dominó por completo bajo el aro, alrededor del aro y detrás de él (factor psicológico), nublando la inteligente aportación de Gasol en el partido que tuvo que retirarse y anotar casi todos sus puntos (13) desde 5 metros o desde el tiro libre.



En el primer cuarto el marcador se mantiene ajustado pero la «sensación térmica» indica una victoria aplastante de los verdes gracias a un público entregado que abarrota el Boston Garden y a un Garnett que pone el 6-0 con una bandeja y dos «alley-oops» en poco más de un minuto. Además de los pases a Garnett, Rondo mantiene la ventaja (12-5) con 6 puntos seguidos, pero en los minutos siguientes Gasol-Bryant-Odom (4, 7 y 7 puntos, respectivamente) dejan el marcador 17-26 para los Lakers, que no permiten que se repita el dominio verde desde el principio como en el partido anterior. Es curioso ver cómo el público gritaba «¡canasta!» antes de que el balón saliera de las manos de Ray Allen simpre que tiraba desde la línea de triple. Pero no hubo suerte esta vez y falló los tres que intentó en ese cuarto (justo la diferencia entre ambos equipos).

 

El segundo cuarto trae a un Bynum motivado que junto a un Bryant, que encesta una sí y dos no, amplían la ventaja (40-52) pese a los esfuerzos de Nate Robinson (5 puntos en 5 minutos), Pierce (que parecía no terminar de despertar) y Garnett que sigue relegando a Pau a jugadas más tácticas desde fuera de la pintura. En el tercer cuarto Ray allen volvió a probar suerte desde el triple y volvió a fallar los tres tiros que intentó. El público dejó de gritar mientras el balón viajaba por el aire y se dedicó a contener la respiración como los seguidores angelinos cuando Artest suelta un melón a más de 3 metros de distancia del aro. Con una defensa verde sólida y un ataque amarillo desorganizado, los Celtics protagonizaron su mejor periodo gracias a Tony (que no Ray) Allen que anotó todos sus puntos (7) y a Bryant que no paraba de fallar dos de cada tres veces. El luminoso cerraba el cuarto con la pequeña ventaja de 61-67 para los Lakers.

 

El último cuarto se iguala rápidamente con dos canastas de Davis y una de Rondo, que junto a un tiro libre de Gasol deja el marcador en 67-68. Con la inercia que llevaba Boston y la poca resistencia que se les oponía, todos hubieran (hubiéramos) apostado por una victoria segura de los Celtics… pero no fue así. Fisher se quita el manto de invisibilidad, suelta los Gustosines que tenía en la mano desde el principio de la temporada y toma las riendas del partido anotando 11 de sus 16 puntos en ese cuarto. A parte del empujón mental que supuso para su equipo protagonizó jugadas reales y dignas de ocupar un sitio en el «hall of fame».

 

Sin embargo, para un venerable anciano como Derek, llevar a sus espaldas el peso del equipo le pasó factura. En la imagen vemos el increíble tapón a tres bandas que se llevó por atreverse a entrar a canasta frente a la mítica defensa verde personalizada en Garnett (que llega un poco tarde), Allen (que parece rozar la pelota) y Davis (que le muerde el cuello cuando nadie mira).


FisherVs3

Foto: nba.com


Menudo pedazo de tapón, ¿verdad?… ¡Pues de eso nada! En realidad es la mejor instantánea de la mejor jugada del partido. Merece la pena ver el vídeo completo, a cámara lenta como nos gusta a nosotros. Disfrutad.

 


 

 

La jugada tiene todavía más jugo al saber que el rebote que coge Fisher proviene del octavo triple consecutivo fallado por Allen que podía haber puesto a su equipo a 1 punto a menos de un minuto para el final. En vez de eso, contraataque de Derek y canastón con tiro libre adicional gracias a la falta de Davis. Si volvéis a ver el vídeo apreciaréis la mirada perdida de Fisher después de coger el rebote (como diciendo: ¿yo con qué equipo iba?) y cómo resopla cuando se acerca a canasta (como diciendo: esos tres me miran raro… ¿por qué no hice caso a mi madre y me apunté a curling?). En cualquier caso, como sé leer los labios os puedo decir que Gasol le grita al final del vídeo » Vaaaaaaaaaaaammmmmoosssssssssssssss, mamonazooooooo!» (las cosas importantes se dicen en el idioma de leche) y el árbitro le dice algo sobre su barba que no logro entender.

 

Después de esa jugada los Lakers mantienen la ventaja hasta el final a base de tiros libres (gracias a dos faltas de Garnett y una de Wallace) y a pesar de las dos inservibles canastas de Pierce.


Resumiendo. Garnett vuelve a dominar en casa pero acompañado de un Pierce poco inspirado (aunque tremendamente efectivo 15 puntos y 3 de 4 en triples), del negativo de Ray Allen (que falló un triple por cada uno de los que le dieron el récord en el segundo partido, 0 de 8) y de un joven Rondo que no puede hacerlo todo siempre. Por otro lado, Gasol pierde importancia en la pintura pero juega inteligentemente (con tiro exterior y asegurando el rebote defensivo), Bryant se vuelve cada vez más ineficiente necesitando esta vez 29 tiros para convertir sólo 10 y Fisher hace de salvavidas en el último cuarto.



Todo indica a que «Doc» Rivers va a centrarse en que Garnett+Davis+Perkins se hagan con el rebote en el siguiente partido, así que o Kobe empieza a fallar menos o puede que lo siguiente que veamos sea un 2-2 en las series (Fisher mediante). Ahora los seguidores de los Lakers se han crecido y suscriben las polémicas declaraciones de Pierce diciendo: «Efectivamente no volveremos a Los Ángeles nunca más». Los Lakers piensan que los Celtics tuvieron suerte en el segundo partido y los Celtics (palabras de Rondo) no quieren que se afirme nada hasta haber visto el cuarto partido. ¡No me lo pierdo!

 

La imagen del partido sería sin duda la estatua del mítico Red Auerbach con la camiseta verde y el mensaje «Beat LA again» en el pecho. Ejemplifica el movimiento que han generado en Boston estas finales y la ilusión que ha creado en sus seguidores la victoria del segundo partido en California. Tan confiados como orgullosos, los Celtics han dejado escapar la primera posible ventaja y tendrán que ir en contra de las estadísticas a partir de ahora.

 

BosLal3