Vigésimo segunda Copa para el Barça, en una final llena de sabor, gobernada por Alan ‘Samurai’ Anderson

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Tiene algo la Copa que la distingue del resto de las competiciones. Quizá sea el hermanamiento que se vive entre las aficiones que se congregan para vivir este torneo de 96 horas de baloncesto destilado. Quizá el modo en que los medios de comunicación se vuelcan con ella, conscientes del atractivo que tiene un  torneo donde cada jugada está cargada con el voltaje que da el saber que estás jugando para el todo o nada. Quizá sea su aliento democrático (desde el año 88, el campeón había sido diferente en relación al anterior). Dinámica que rompió este domingo el Barça al levantar su vigésimo segundo entorchado copero, guarismo con el que iguala el récord de títulos en esta competición, perteneciente hasta ahora en exclusiva al Real Madrid. El partido estuvo equilibrado durante dos tercios largos del mismo. En este artículo analizamos las claves de un partido único, donde se enfrentaron los dos conjuntos más en forma de nuestro baloncesto. Te invitamos a repasar la gran final de la Copa con el toque Fiebre.

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Vigésimo segunda Copa para el Barça, en una final llena de sabor, gobernada por Alan ‘Samurai’ Anderson

Pedro Fernaud

13.febrero.2011

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22 Copa del Rey para el Barça que, liderado por Anderson, hizo un partido lleno de temple competitivo ante un Madrid afinado en defensa Fuente de foto: acb.com

 

Real Madrid 60 – Regal Barcelona 68

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Historia del partido

 

La final de la Copa tuvo un guión genuino. Sorprendió ‘Leone’ Messina con un spaghetti westren (defensa ultra-áspera y tiros bien mascados en ataque) que hasta la fecha no se había animado a rodar contra el Barça. Pablo Prigioni se puso el traje de tipo duro y secó a JC Navarro durante la práctica totalidad del encuentro. Todo un acontecimiento. JC pareció por momentos un jugador sobrepaso por las circunstancias. Desnaturalizado. Es como si de repente a Clint Eastwood le diera por hacer comedias románticas llenas de diálogos y ambientadas en lugares melifluos. El mérito del pequeño calvario que sufrió JC pertenece al orgullo y la listeza de Prigioni y en general a los jugadores merengues, que pusieron el corazón en la mesa cuando más lo necesitaba su equipo.



Tucker demostró que una estrella del rock también puede ganarse la vida como friegaplatos y refrendó su buen trabajo defensivo de estos días, aunque no estuvo todo lo acertado que se espera de un solista de su calidad. Todo llegará. No s tan fácil ampliarse la identidad y conservar por el camino le mejor de la otra; todo cambio requiere un proceso. En la primera mitad del choque, Ante Tomic estuvo sobresaliente, a su innegable facilidad natural para jugar en el poste bajo, añadió una cuotas extra de inteligencia y corazón que le hicieron ser dominante en los primeros 20 minutos, donde hizo mucho bien a su equipo.

 

A pesar del inicio con mordiente del Madrid y de los destellos de varios de sus jugadores (Carlos Suárez y D’or Fisher conmovieron por su despliegue competitivo),  el Barça demostró por qué es el más grande de los grandes equipos europeos. Nunca perdió la calma. Jugó con fiereza y paciencia frente a una defensa que habría cortocircuitado a la inmensa mayoría de los equipos.

 

Maravilló Víctor Sada por su ubicuidad para dirigir al equipo con acierto, firmar una faena defensiva notable y salir exitoso de la mayoría de los fregados: 6 rebotes, 6 asistencias, 3 robos y 7 puntos son cifras de jugador renacentista; es decir, estamos hablando de algo más que un buen base, con el factor añadido, cara a los aficionados blaugranas, de considerar que Sada es un producto modelado en su propia cantera.

Sea como fuere, si hubo un factor diferencial en este choque, éste fue Alan Anderson, que jugó con la valentía y el buen juicio de un samurai, leyendo las carencias de su rival y exhibiendo toda clase de recursos para anotar.

 

En suma, el Barça aguantó la defensa hiperexigente de los merengues, nunca le perdió la cara al partido y cuando llegó su momento, estiró el marcador a su favor dando continuidad intensa en su inagotable cantera de recursos: un tapón de Vázquez, un triple de Lorbek, un palmeo en ataque de Sada (¡?), una pequeña resurrección de Navarro…Por un momento, el Madrid parecía perder el equilibrio, abocado a recibir otro par de decenas de puntos como correctivo en el marcador final, pero mantuvo la dignidad competitiva hasta el final gracias al acierto de Sergio Rodríguez y Mirotic.

 

Aprendizaje Fiebre

 

Tu mayor enemigo es tu mejor maestro reza una de las máximas del budismo. Sin duda, el Barça cumple ese axioma en relación al Madrid en el terreno del baloncesto durante los últimos tiempos (no nos meteremos ahora en otros berenjenales). El cuadro dirigido en su faceta global por Joan Creus (mito del baloncesto humilde español) es un ejemplo de planificación y optimización de los recursos. Como ejemplo, el fichaje de Alan Anderson, donde otros sólo veían un talentazo individualista, el Barça supo ver un una pieza interesante para reforzar su maquinaria de éxitos.

 

A día de hoy, el Barça también es un maestro para el técnico y los jugadores merengues. Siempre intensos, siempre afinados en su convicción de que ese tiro va a entrar. Y sin ninguna piedad durante los partidos. Sólo si te desarbolo progresarás y aprenderás a defender mejor, con más equilibrio y agilidad. Algo así parecía estar diciéndole Alan Anderson a Carlos Suárez cada vez que lo desarbolaba. O Víctor Sada a los bases merengues cuando daba un clínic de versatilidad…

 

Este Barça se parece al Madrid de Ferrándiz, aquel que conquistó cuatro Copas de Europa entre los años 60 y 70. Está abarrotado de talento. Chorrean intensidad. Y nunca se cansan de ganar. Algo mejor: poseen humildad, respetan al rival y gastan unas buenas dosis de lucidez. Ellos también suman aprendizajes.

 

Cuando terminó el partido, Ricky Rubio declaró a TVE: “Vamos a saborear al máximo de este título, conscientes de la dificultad que tiene ganarlo. El año pasado no valoramos como se merecía la consecución de la Copa del Rey y de la Euroliga, siempre pensando en el siguiente título. Cuando perdimos la liga con el Caja Laboral tomamos conciencia de todo esto”. Pues eso, enhorabuena blaugranas, a día de hoy estáis dos peldaños por encima del resto.

 

Dicho esto, también merece un aplauso Fiebre el aprendizaje del Madrid. Messina fortaleció a su equipo con soluciones imaginativas y valientes (Prigioni sobre Navarro y Tucker sobre Ricky). Ambas dieron resultado. También logró transmitir fiereza y control en las acciones de sus hombres, que jugaron en su mejor versión en defensa y sin complejos en ataque.

 

Partido solvente de Tomic, Prigioni y Suárez (cada uno compitió cerca de su mejor versión), con destellos importantes de Mirotic, Sergio y D’Or Fisher. El equipo merengue demostró orgullo y capacidad de evolución en su juego. Una buena noticia para nuestro baloncesto porque está clase de duelos siempre tienen mucho más sabor en la medida en la que son más igualados. Más dramáticos…Más emocionantes.

 

Por ese motivo, esta Copa es la que tienen un sabor más especial de las que ha logrado el Barça en los dos últimos años, lo que confiere mucho mérito a ambos conteindentes.



Héroe del partido

 

Alan Anderson: 19 puntos, 4 rebotes y 1 asistencia son aval suficiente para ser importante en una final. Pero es que Anderson fue capaz también de anotar en los momentos más comprometidos del choque, funcionando como baliza de acierto para los suyos cuando la defensa merengue se parecía peligrosamente al triángulo de las Bermudas para los intereses blaugranas. Sus acciones estuvieron llenas de precisión y criterio para leer las debilidades del rival. Anderson hizo de la Bomba y Mickeal con un solo cuerpo, la dinastía blaugrana sigue encontrando argumentos para perpetuarse. Con jugadores así, la ACB seguirá creciendo…

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