Tea party

El Fernando Martín está empezando a convertirse en un bastión…para los equipos visitantes. El domingo fue el recién ascendido Canarias el que, con la mejor plantilla de la galaxia por el compromiso que ponen (Alejandro Martínez dixit), se encargó de hacer amainar el efecto Trifón.

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Tea party

Theobald Philips

9.diciembre.2012

   

– Pase usted, pase usted, debe estar cansado después de un viaje tan largo.  

– No, no se preocupe, es cierto que me ha costado un poco adaptarme a este ritmo después de tanto tiempo fuera, pero a base de empeño ya le voy cogiendo el tranquillo y no hace falta ningún trato de favor para ir recolectando alguna victoria de aquí y de allá.  

– Nada, nada, no se hable más, que yo se lo que sufre ahí abajo. Usted entre y tómese algo, siéntase como en su casa. Mire, aquí está la línea de tres, aquí la zona y, allí arriba, nuestro mayor orgullo. La joya de la corona. Es nuestro aro, sírvase usted mismo de él todas las veces que quiera. Nosotros estaremos rondando por aquí, pero no le molestaremos. Lo dicho, siéntase como en su casa.  

– ¡Qué amable es usted! Si no le importa, repartiré mi anotación entre todos los jugadores, que por una vez que nos dejan lograr un 75% en tiros de dos, no es cosa de que todo lo acapare el mismo.  

– Sin problema. Para que se sienta más cómodo, de los míos sólo anotarán Feldeine y Chuck García. Pero no se preocupe, que sólo haremos un 4/16 en tiros de campo y, además, les cederemos todos los rebotes para que puedan correr cuando quieran.

– Esto sí que es hospitalidad… ¡Ojalá que en todos los campos nos dejaran un 11-23 de ventaja en el primer cuarto!

– Me parece que esta gente se está pasando. Una cosa es que les digas que se sientan como en su casa y otra que empiecen a poner los pies encima de la mesa. Mou, anda, ve y echa un vistazo por la zona, que me parece que se están llevando hasta los ceniceros de plata. Chicos, metedle unos balones dentro para que saque unas faltitas y coja unos rebotes ofensivos… Jon, trata de ordenar un poquito la mesa atrás. Y tú, James, para que los invitados no se vean tan solos, dedícate a penetrar y servir bandejas, en vez de estar tan lejos…

– Señor Poch, no es por molestar, pero veo que otros de los suyos se han sumado a la merienda, y solo nos han dejado coger 7 puntos en estos diez minutos. No es que nos moleste, que al fin y al cabo esto es su casa y en un rato nos volvemos a Tenerife, pero queda feo que directamente nos hayan robado 5 balones, y que nos hayan hecho perder otros 7. Y eso sin contar con los 5 rebotes que se han llevado de nuestro aro…

– ¡Ay, por Dios, qué modales! ¿Y se han comido toda la ventaja?

– No, hombre, no toda, pero como han metido 26, la cosa se ha quedado en 34-37, y como comprenderá…

– ¿Lo ve? Aquí sabemos tratar a los invitados. Usted haga que Úriz o Bivia sirvan a Sekulic y Donaldson, que por nuestra parte solo Feldeine les dará la réplica. Para no despegarnos demasiado, ya sabe.

– Muchas gracias, 3 de ventaja son 3 de…. ¡Ehhh, qué haces! ¡Pero mira el jovencito este! ¿Qué clase de educación les darán en La Avanzada? Esto no es forma de tratar a los invitados. Con lo cómodo que estábamos jugando, y viene el chiquillo este a meternos 7 puntos e igualar el partido a 48.

– Uy, perdónele, es la juventud. En seguida hace Sené la tercera, se va al banco y les deja un poco más de hueco en la zona.

– Muchas gracias. Si le parece, para que las cosas no vuelvan a torcerse, en este minuto y medio que Lampropulos meta una canasta, robe un balón y provoque una pérdida de Chuck.

– Por supuesto, sírvase usted mismo.

– Gracias. ¿Sería mucho pedir un parcial de 0-7, aprovechando que Levi Rost tiene superioridad sobre Gladyr?

– En absoluto, aquí lo tiene.

– Gracias, el 50-57 ed este cuarto ha salido riquísimo.

– ¿No le molestará que saque a los jóvenes a ver si remontan un poquito, verdad? Es que como el intercambio de canastas no nos sirve de mucho y la gente puede pitarnos, quizá con el empuje de Álvaro y Adrián…

– Por supuesto, hombre, a nosotros no nos molesta. Con Úriz manejando el ritmo de este último cuarto a su antojo, y con la aportación de Chagoyen y la veteranía de Fotis, los chicos se arreglan.

– Qué amable es usted. Y perdone que Feldeine haya tenido que estar atendiéndoles todo el rato. No es de recibo que, para una vez que nos visitan, ni Valters ni Mainoldi hayan aparecido en el partido, aunque fuera para encestar un mísero punto.

– No se disculpe, hombre, si para nosotros ha sido un placer, así ha sido mucho más fácil centrar nuestra defensa. Ha sido usted un anfitrión estupendo, y nos vamos con un magníficosabor de boca. ¡Hasta nos han perdonado las 19 pérdidas de balón y los 11 rebotes ofensivos que nos hemos dejado coger!

– Nada, cosa de los nervios, ya sabe. Que uno está en su casa, no gana, y es verse de siete u ocho abajo, y encogérsele el aro como si fuera un guá.

– Bueno, pues que usted apañe la avería cualquier otro día. Muchas gracias, guardaremos con mucho cuidado en La Laguna esta rica victoria por 65-73, que nos viene fenomenal…

 

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