Reality bites (Bocados de realidad)

Tras una semana de celebrar ensoñaciones coperas, Montakit Fuenlabrada tuvo que comerse un bocado de realidad para, sudando tinta china, ganar al colista RETAbet.es GBC (94 – 82) [Foto portada: Alba Pacheco / EnCancha.com]

Reality bites (Bocados de realidad)
Theobald Philips

(Foto: Alba Pacheco / EnCancha.com)

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Es muy difícil tener los pies en el suelo cuando todo el mundo te halaga, cuando no hay equipo -por muy bueno que sea y mucho (todo) que haya ganado- que no hinque la rodilla en tu casa, cuando no hay parcial imposible en contra que no seas capaz de remontar para conseguir hacer carne la letra de una canción que nació en una grada soñadora. Es muy difícil volver a la realidad cuando se vive un sueño, pero la realidad es tozuda tortuga que te acaba alcanzando por mucho que vueles y, cuando te alcanza, muerde. Muerde como el RETAbet.es de Porfirio Fisac, que vive plantado en la realidad, casi ahogado por ella, viendo como las fechas pasan y la mejoría de su juego no termina de traducirse en paralelo ascenso en la clasificación.

Bocados de realidad que los guipuzcoanos dieron a los fuenlabreños, empeñados en gustarse en unos contra uno en ataque para resolver por su cuenta, en vez de circular el balón hasta la obtener la posición más ventajosa, en mirar solo hacia delante y no hablarse cuando tocaba cerrar el aro propio, para desesperación de un Popovic que, en sendas broncas a los suyos en una jugada de ataque y otra de defensa, les recordaba que solo la solidaridad podría volver a poner la aguja de la gramola en el disco de Raphael. Montakit Fuenlabrada, perdido en un 17% de triples, sin atacar como suele el rebote ofensivo (engañosos 4, que fueron en una misma jugada) y sin recuperar en defensa como manda su canon de trabajo, recibió en el primer cuarto un 15-19 de parcial que le bajó los humos de ser campeón de Europa para encontrarse con el mordisco cruel de la realidad de que su destino, hasta que las matemáticas no muestren y demuestren lo contrario, es luchar por la permanencia.

Despertados de su sueño, los naranjas recuperaron el orden y el concierto. Ya saben, juntar los escudos y mantener la formación, atacar a partir de su defensa. Tabu empezó la silenciosa exhibición que casi nadie ha destacado (máximo reboteador del equipo, por ejemplo) y Smits y Llorca aportaron el joven colágeno de sus rodillas para que cada vez fuera más difícil que GBC pudiera conseguir tiros fáciles. En menos de tres minutos el Fuenla endosó un 9-0 a sus rivales, la camiseta local parecía otra vez verde en vez de gris-naranja, y Fisac tuvo que pedir un tiempo muerto para no volver a la playa de La Concha con un cerro de puntos en la bolsa. No pareció surtir efecto el parón pues, con el Urtasun de casa desatado y Ricardo Úriz dando un solvente descanso a Tabu, la diferencia llegó a rondar la decena (34-25).

(Foto: alba Pacheco / EnCancha.com)

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Pero GBC apretó los dientes y mordió fuerte. Un nuevo bocado a la realidad de Fuenlabrada, que no puede olvidar que puede ganar a cualquiera, sí, pero también perder con cualquiera. La presión defensiva de RETAbet.es, unida al despertar de Vrkic y a que la movilidad de Landry hacía más daño que la contundencia de Doblas, hizo que ambos lados del luminoso volvieran a copiarse, sin que el restablecimiento de su quinteto inicial por parte de Jota consiguiera invertir la tendencia (40-39).

Sí, la realidad se imponía a ambos equipos: estos era un duelo de poder a poder, uno de esos encuentros de “nuestra liga”, que se dice, y habría que emplearse a fondo si se quería ganar. Con Doblas percutiendo a un extrañamente ahogado Josip Sobin (solo 4’ en el primer tiempo, su primera canasta en el minuto 24 de partido), y Paunic y compañía enfrente, ensayando el tiro al blanco. Cuando a mitad del tercer cuarto nada había cambiado, cada equipo volvió a encontrarse con su realidad: Fuenlabrada, la de la concentración y la dinámica positiva, GBC la del ansia y el nerviosismo. En sendas técnicas, una a cada equipo, los de Cuspinera consiguieron un +5, ya que los visitantes no solo fallaron el tiro libre de la suya, sino que además tras el saque de banda Paunic les robó el balón y encestó una de sus cabalgadas. El 51-49 se había convertido en 56-49, que se estiró hasta un 62-51 antes de que Porfirio pudiera parar el reloj y llamar a los suyos. Del tiempo muerto volvió RETAbet.es más centrado, dejando de forzar canastas imposibles y recuperando sensaciones; solo les tembló la mano desde el tiro libre, fallando 4 en este tramo decisivo que les habría permitido terminar el cuarto empatados (65-61).

La realidad, la dura realidad, es que tocaba a ambos equipos arremangarse la camiseta sin mangas, pues aun había partido. Vrkic y Landry se empeñaron en cambiar el destino a pesar de la oposición de Urtasun y, tirando de los suyos, consiguieron igualar una vez más el marcador a 71. Pero ahí chocaron con su propio bocado de realidad, la de un equipo fuenlabreño que ha crecido este año sacando petróleo de los finales apretados. La memoria de lo que vivimos forma la realidad de lo que hacemos y eso hizo que, mientras los ojos del GBC miraban los tiros a ver si entraban, Montakit Fuenlabrada mostrase confianza en que la bola entraría, teniendo además al pequeño demonio belga para, en sorprendentes rebotes ofensivos entre gigantes, enmendar los posibles errores. Poco a poco, la realidad de la diferencia clasificatoria se tradujo en diferencia de juego y, esta, a su vez, en diferencia de puntos. Mientras los azules se perdían en pasos, faltas en ataque y alguna técnica, el estratego Popovic impuso su calidad para evitar sobresaltos y el partido, con un tiro libre llegado del futuro (Víctor Moreno), mordió la realidad de un 94-82. Otra gran noche.