Obras de fontanería

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El baloncesto también se parece mucho a la gestión de un hogar. No basta con entender lo que hay que hacer. También hay que ‘sentirlo’…Y hacerlo, facetas en las que Prigioni, Nocioni, Oleson y Teletovic (todos ellos por encima de los 15 puntos ante el Fuenla) son consumados maestros, como demostraron este miércoles en el Fernando Martín. Theobald Phillips explica con elegancia la prestancia y oficio del cuadro baskonista conforme contextualiza las cualidades y méritos de un Mad Croc Fuenlabrada que ha dejado destellos de gran enjundia en una temporada en la que el equipo madrileño se ha metido en la disputa de la Copa del Rey, ha llegado a los cuartos de final de la EuroChallenge y…Ha ido claramento de más a menos en una liga en la que al final ha ocupado el primer puesto de los equipos que permanecen en la categoría (decimosexto). 

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Obras de fontanería

Theobald Philips

4.mayo.2012

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Fuente / Fotógrafo: ACB Photo / Fran Martínez 

“Si Prigioni no está, no ganan ni de coña” (Porfirio Fisac)

 


Bonito duelo el vivido el pasado miércoles en el Fernando Martín entre dos equipos que, a falta de otros objetivos fuera de la cancha (unos salvados, los otros con el tercer puesto consolidado y sin posibilidades de optar a más), se centraron en jugar al baloncesto. Y es que la presión de ganar este partido, cada partido, puede en muchos casos ser mucho más beneficiosa para el espectáculo que la dramática catástrofe del descenso o la gloria del título.

 

El Mad-Croc Fuenlabrada empezó jugando muy bien, recordando al de principio de temporada. Cerrado el rebote en canasta propia y maniatados los tiradores baskonistas, a los de Fisac les entraba todo (63% en tiros de 2, y 62% en tiros de 3 en la primera parte). Curiosamente, al contar por fin con una referencia fija interior (primero Ffriend y luego Diouf), el equipo reencontró su sitio por fuera, haciendo circular el balón con fluidez ya fuera para ametrallar desde posiciones abiertas en el perímetro, bien para sacar ventajas de los dos contra uno de la defensa vitoriana. Especial mención merece durante este periodo Sergio Sánchez, monumental en el tiro y la penetración.

 

Caja Laboral, donde sólo el talento de Nocioni sabía sacar ventaja a la supuesta superioridad física (y eso que Álvaro Muñoz decidió ponérselo difícil al Chapu), estuvo en varios momentos al filo de que el partido se rompiera, diez u once abajo. Pero sus recursos son muchos y, además de las figuras, cuenta en nómina con una pléyade de fontaneros de esos que no sabes muy bien cómo, pero atajan todas las fugas de agua a ambos lados de la cancha. Es todo un lujo que Oleson y Ribas den a los comentaristas listillos como quien suscribe la ocasión de comerse su “estos chicos definitivamente se han quedado”, justo después de ver que han llenado brillantemente todas las casillas de la estadística (17 y 16 de valoración al final del partido, respectivamente). De esta forma, los de Dusko llegaron al descanso con sólo seis puntos de desventaja (53-47).

 

En la reanudación, la vuelta de tuerca defensiva de los vitorianos -que decidieron probar hasta dónde estaban los árbitros dispuestos a permitir el contacto- hizo que los pívots naranjas no encontraran huecos con la facilidad de antaño y que las posiciones de los exteriores no fueran tan claras, con lo que los porcentajes se resintieron, trocando de bando la ventaja en el luminoso. Pero el cambio fundamental es que, si en la primera parte habíamos hablado del papel de los fontaneros, en la segunda apareció el más poderoso de ellos, el verdadero Super Mario Bros, el señor Pablo Prigioni. Ya daba igual que Porfi alternara defensas, o que simultaneara a sus bases; el argentino abrió su caja de herramientas y todas ellas (hasta las que como Lampe o Teletovic habían estado más oxidadas) funcionaron a su gusto. Y, si no, él mismo se encargaba de arreglar la avería desde el 6’75.

 

Pero el Fuenlabrada, cuando todo parecía perdido, volvió a tirar de coraje para aferrarse al partido y tener hasta el final oportunidades de dar a su ruidosa, sufrida y agradecida afición una despedida agradable. Sergio Sánchez resintonizó la onda y, al rebufo de sus cabalgadas, los fuenlabreños se pusieron a dos puntos (82-84) con dos minutos por jugar.

 

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Fuente / Fotógrafo: www.baloncestofuenlabrada.com / Fran Martínez

 En su despedida del Fernando Martín esta temporada, el equipo quiso agradecer el apoyo de la grada

 

A partir de ese momento, ninguno de los dos equipos parecía que quisiera ganar, acumulando en muy poco tiempo una auténtica colección de lo que el maestro Trecet llamaba la “jugada tonta de la semana”: Muñoz que pasa al contrario pero, en el contraataque, el Fuenla roba el balón y Colom mete un triple; jugadores del Mad-Croc que se quedan protestando al árbitro mientras Prigioni saca de banda a Teletovic, que recibe sólo debajo de canasta; campo atrás de Oleson que los naranjas desperdician botándose en el pie, etc.

 

Aunque el resultado final, derrota de sabor dulce, fue 87-92, los de Porfirio Fisac nos recordaron los buenos momentos que nos han hecho pasar esta temporada y que, con algún mimbre más, se puede tener un buen cesto de cara a la temporada próxima. Por su parte, Caja Laboral tiene todavía faena por delante, si bien el capataz Ivanovic puede estar tranquilo ya que, junto a los artistas de pincel fino, tiene a sus aguerridos fontaneros. Más les vale a los favoritos no tener escapes de agua…




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