Gustavo Ayón: viaje al corazón de un titán

blogs-iconoacb-icono
Antonio Romero, Tonino, lo sabe todo sobre el vestuario del Baloncesto Fuenlabrada. No en vano es su utillero desde hace mucho tiempo. En este artículo, Tonino nos regala un retrato conmovedor y desenfadado sobre Gustavo Ayón, el ya flamante nuevo jugador de los New Orleans Hornets, y piedra capital de los triunfos del Fuenla en los últimos meses. 

***

Gustavo Ayón: viaje al corazón de un titán

tonino

Tonino Romero

24.diciembre.2011

111224_ayon

Gustavo Ayón se parece mucho a un águila cuando despliega el acierto de sus brazos en el hall de la canasta. Autor/Fuente de foto: Fran Martínez/baloncestofuenlabrada.com 


Encantado de volver a saludaros. En este artículo me doy a dar el lujo de hablar de un tipo muy especial para los aficionados del Baloncesto Fuenlabrada (y para los de la ACB en general, no en vano ha liderado la liga en diversos apartados estadísticos durante el año que estamos a punto de cerrar). Me estoy refiriendo, habéis adivinado bien, a Gustavo Ayón, que como persona no tiene nada que envidiar a su calidad como jugador.

Son días emotivos y resulta un pelín complicado ordenar tantas emociones, pero con un poco de pausa encontraré la cadencia que quiero darle a estas líneas. Entre los primeros recuerdos que guardo de él, figura su llegada al equipo cuando fue cedido, en su primera temporada, al Illescas.

Lo recuerdo en el aeropuerto de Barajas con la cara de despistado de los que vienen de lejos. Al ir a recoger su equipaje, pensé “ostias, este tío viene con unas maletas gigantes”. Fue inevitable bomear para mis adentros y pensar “este tio se trae Méjico entero ahí dentro, jeje».

En ese momento, su figura me evocó a las pelis de Alfredo Landa, cuando sus entrañables personajes llegaban a Madrid con una supermaleta. Desde el primer día, vino con la humildad por bandera, un valioso rasgo de su carácter que ha logrado preservar y que le llevará lejos porque, ya sabéis, los más grandes son los que son conscientes de todo lo que les queda por aprender y aprovechan cada día para superarse. Ese hambre, ese afán de superación, es el que le ha abierto las puertas de la NBA.

Eso sí, también os tengo que decir que en otras facetas sí que ha cambiado mucho, y siempre a mejor, desde que llegó. Por ejemplo, en el trato con los compañeros de equipo; al principio, Gustavo era un tío calladito y poco hablador y, poco a poco, empezó hacer bromas y a espabilarse a pasos agigantados.

En ese sentido, creo que la frase que mejor define esa evolución lleva la rúbrica de mi compañero Óscar Mota: “cuando te compramos en América parecías tonto y ahora te has espabilado”, jeje. Ya sabes, Gustavo, siempre desde la admiración y el respeto J

Otra de la imágenes que me queda de él corresponde a una cena en un restaurante mejicano, en la que fuimos unos cuantos amigos, Gustavo y su mujer. Recuerdo que al final de la misma Gustavo y su mujer ya eran unos más del grupo de amigos; también cómo mis colegas destacaron que los dos eran persona sencillas y humildes, es decir que los consideraban ya como unos más de nuestro grupo de amigos.

Por cierto, después de esa cena Gustavo completó unos de los primeros grandes partidos en la liga ACB.  Recuerdo que después de protagonizar esa soberbia actuación, Ayón me dijo tres cosas que se me han quedado imprimidas en la memoria: la primera fue que íbamos entrar en play off (vaticinio que él mismo se encargó de liderar en su cumplimiento, ya que, como bien sabéis, el jugador mejicano fue el actor protagonista de nuestro equipo el año pasado, con ese séptimo puesto que todavía estamos paladeando).

La segunda, que él iba llegar seguro a la NBA, porque era su sueño. No era la primera vez que me lo decía. La primera ocasión en la que me lo mencionó, él estaba jugando en el Illescas y pensé “este tío está loco”, pero cuando me lo dijo por segunda vez empecé a tomármelo mucho más en serio, porque su momento de forma era sencillamente espectacular.

Y la tercera anécdota que ilustra su clase y el valor de su carácter nos remite a esos momentos en los que todo el mundo empezaba hablar de él. Fue entonces cuando me adelantó que nada de eso le iba afectar, porque él no había hecho todavía nada, que él seguiría trabajando más y que no haría caso de los halagos, que no se dejaría embaucar por su dulce veneno.

Otro de los detalles de él que me encantaba es que si un entrenamiento no le salía bien se iba muy cabreado a casa. De tal forma que los días siguientes trabajaba el doble.

De todos modos, la huella que me deja como persona es más grande que todas las anécdotas que os pueda relatar su grandeza como jugador. Por ejemplo, en mas de una ocasión me ha invitado a comer a su casa para que saboreara comida mejicana, porque él ama su país, es un tío muy familiar, yo le decia estoas dias de broma que él iba cambiar por irse la NBA

Como me miraba con ojos divertidos, yo seguía con la guasa y le decía que ya iba a ser una super-estrella tenía que seguir el consejo que le dio Peter John Ramos (sí, ese gigante portorriqueño que jugó en el Fuenla y que es uno de los faros de la selección que lidera Carlos Arroyo) a Saúl Blanco. ¿Qué cuál es ese consejo? «Saúl, ahora que tienes dinero tienes que comprarte un buen carro para que la gente diga «por ahí viene Saúl»…». Lo sé es un consejo un poco-bastante delirante, pero es una buen testimonio para que os hagais una idea de cómo se pueden poner las cabecitas cuando te llega tanta fama y dinero. 

Da igual. Los que conocemos bien a Gustavo sabemos que la NBA y todos sus lujos no van a remover sus pilares de sentido común y calidez humana. Como detalle, una vez se ha formalizado su fichaje por los Hornetts, nos ha invitado a todo el equipo ir verle a Orleans y, medio en broma medio en serio, ya le hemos dicho que un día va a mirar por el telefonillo y se va a encontrar a todo el equipo, con el chándal del Fuenla puesto 🙂

Por último, me gustaría comentar un último detalle que da medida de hasta qué punto ha calado Ayón en Fuenlabrada. Dentro de poco, va a tener un hijo con su mujer y han decidido ponerle Álvaro en honor a Álvaro Muñoz, el jugador formado en la cantera de nuestro equipo. 

El caso es que le deseo toda la suerte del mundo en la vida al señor Ayón. También espero-deseo que la disfrute con su mujer y su hijo Álvaro, que para mÍ será un nuevo sobrino, ya que para mí ellos son como mi familia mejicana e iré a visitarles a Estados Unidos y Méjico en cuanto pueda.

 



*No olvides puntuar este artículo (en la cabecera) y hacer un «+1 Google» (a continuación) para publicitarlo. Nos será de gran ayuda tu opinión. Gracias 🙂