Estambul en cinco tiros libres

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El baloncesto como forma y medio de vida. El baloncesto como salvoconducto para conocer otras culturas. Estos dos ejes integran un nuevo retrato de Estambul a cargo de Carlos Sánchez Blas, narrador de baloncesto de Onda Madrid. CS Blas tiene una sensibilidad especial para captar el alma de las ciudades, como vuelve a poner de relieve en este entusiasmado (y pegadizo) retrato de Estambul. Por el camino, Charlie disecciona las claves del Efes Pilsen y del baloncesto turco, se ‘moja’ sobre cuál cree que será el futuro del imperio efes en esta Euroliga y nos deja un rastro de sensaciones colmadas de belleza y fascinación ante uno de los sitios más paradójicos y hermosos de nuestro tiempo.

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Estambul en cinco tiros libres

Carlos Sánchez Blas

20.febrero.2011

 

Fiebre Baloncesto: ¿A qué huele Estambul?

Carlos Sánchez Blas: Depende de la hora y el lugar. A la hora del almuerzo llega el olor de los guisos turcos o de esa ternera tan característica que hace mucho tiempo importamos en Occidente. El Mercado de las Especias ofrece una mezcla inefable de olores, sales de allí verdaderamente “dopado”. Y en ocasiones huele demasiado a sudor, en especial algunos taxistas, que le tienen alergia y fobia a ese bien necesario llamado DUCHA.

FB: ¿En qué percibes la armonía entre lo occidental y oriental en esa ciudad que ha sido puesta como ejemplo de integración entre nuestros mundos durante estos días convulsos en el mundo árabe?

CSB: Estambul es una pasada. El caos te cautiva. Se cruzan por la misma acera la mujer con velo y la mujer con “shorts”. La llamada a la oración sobresalta a los centenares de turistas que acuden a visitar las Mezquitas. Europa y Asia se tienden la mano, aunque los otomanos prefirieron construir un puente interminable para separarlas geográficamente. Y luego está Guti, un pedazo de jugador de basket (¡prometo que no es coña!)

FB: ¿Qué opciones le das al Efes en esta Euroliga?

CSB: Las dos derrotas contra el Madrid les ha dejado en una posición muy incómoda. Se juegan la clasificación la próxima semana en Siena. Creo que se van a quedar fuera de la competición en este Top 16. Demasiado anárquicos. Escasa fiabilidad en los momentos decisivos.



FB: ¿Tu jugador favorito del equipo otomano?

CSB: Sin duda, y con una diferencia abismal sobre el siguiente, Vujcic. El físico ha “matado” a uno de los mejores “center” que nunca vi sobre un parqué. Elegancia, fundamentos, un catedrático del semigancho…Ya le queda poca gasolina, pero es una delicia (ahora turca) poder disfrutar de sus 20 minutos por partido.

FB: ¿Y tu rincón favorito de la ciudad? ¿Es el baloncesto el segundo deporte favorito de los turcos?

CSB: Estambul ofrece cientos de rincones maravillosos, decenas de callejuelas por las que perderse para terminar encontrando nuestros sueños ocultos. Mi lugar favorito es el puente de Ortaköy. De noche es una maravilla. Te puedes deleitar con una imagen mágica mientras te tomas un Kebab en cualquier puesto callejero. Estambul es una gran ciudad para los soñadores. Por eso a los turcos les mola el basket, su segundo deporte. Eso sí, son “futboleros” hasta decir basta. No encontré hinchas tan pasionales como ellos.

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LA MAGIA DEL BÓSFORO

 

Veo esta foto y hasta me da vergüenza “mancharla” con cualquier comentario. Es tan bella, tan intensa, tan especial… que las palabras sobran. El Puente del Bósforo, la Mezquita, las barquitas… Estambul es una ciudad alucinante. Y este rincón es uno de los lugares más bonitos que he visitado en mis 31 años de existencia. Nunca te cansarás de contemplar esta foto. La belleza no cansa.



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EL GUSANILLO DEL NARRADOR

 

Me emociono antes de un partido importante. Siento el “gusanillo”, ese animal invisible que agita mi estómago antes de empezar. Ésta foto me la hizo él, el “gusanillo”, minutos antes del comienzo del partido. 14.500 almas en el pabellón… y una garganta española, la de este loco locutor que un día soñó con viajar por el mundo haciendo lo que más le gusta: deporte y radio. Lejos de menguar, la fiebre por este deporte llamado baloncesto crece y crece. Desde Estambul, corto y cierro.

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