El aleteo de Barea

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Los Mavs igualaron la serie (2-2), en la madrugada del Míercoles, ganando un partido con muy poca diferencia (86-83) y que se decidía a muy pocos segundos del final, como viene siendo habitual. Con Nowitzki enfermo (pero jugando sus 39 minutos, con 21 puntos y 11 rebotes, como un campeón), Dallas forzó una reestructuración conceptual y afrontó el partido con otra cara totalmente distinta. Uno de los factores decisivos, difícilmente apreciable, fue la reacción en cadena que produjo J.J. Barea saliendo de titular en vez de DeShawn. Complementando este catalizador emergió, más fácilmente apreciable, Chandler que provocó con su actitud también muchos cambios en el desarrollo del partido. Wade y Bosh (32 y 24 puntos) estuvieron a la altura, pero Lebron (8 puntos) desapareció por completo en ataque. Esta noche (Viernes 10 – 3:00h, hora peninsular) los Mavs tienen delante la oportunidad de su vida para viajar con un favorable 3-2 que «sólo» les obligaría a ganar uno de los dos últimos partidos en Miami. En caso contrario, teniendo que ganar los dos partidos fuera, se le podría dar directamente el trofeo a los Heat antes de subir al avión.

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El aleteo de Barea

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Alejandro Echeverría Rey

9.junio.2011

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Parece que por fin algún asesor técnico de los Mavs nos lee (o nos lee desde hace tiempo pero nos empieza a tener en cuenta ahora). Pedimos más protagonismo a Barea ¡y nos lo plantan de titular! Gracias. Y es que el desarrollo de un partido es un sistema dinámico muy complejo (algunos encuentros no tanto). Y a veces, pequeños (y estratégicos) cambios en sus condiciones iniciales pueden producir estados finales muy muy diferentes. Como el famoso aleteo de una mariposa que puede producir un tsunami al otro lado del planeta.

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Es cierto que en este caso no se nota que haya un estado final tan diferente dado que el marcador ha sido prácticamente el mismo que en partidos anteriores. Tanto es así que es la primera vez que se dan tres partidos con diferencia de 3 puntos o menos en unas finales NBA. Sin embargo, en realidad el último resultado tan apretado ha sido un tsunami en sí mismo, dado que la progresión y la apuestas en todos sitios auguraban un +20 para Miami. Por ello, a mi parecer, el aleteo de Barea sí terminó cambiando las cosas, y mucho (como habíamos intuído en el anterior partido). Sé que por esa regla de tres alguien estará pensando que también el aleteo de, por ejemplo, Jason Terry, al llevar «gayumbos» azulones en vez de grises de toda la vida pudo haber influído también en el resultado final. Correré ese riesgo.  


Y es que Barea comenzó haciendo lo que sabe: meterse descalzo en el bosque y correr (¿desnudo, tal vez?) sin miedo entre los árboles. Sus entradas kamikaze a canasta apretaron la defensa «sobrada» de los Heat, que al replegar filas hicieron florecer las bondades (perezosas) tejanas. Esto es: Tyson Chandler (13 puntos – 16 rebotes) y Jason Terry (17 puntos). Sin embargo, quién diría al ver a José Juan (Barea) entrar en el American Airlines Center, con su disfraz de hijo amoroso y predilecto, que podría llegar a ser tan decisivo.

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Todavía cobra más importancia la reorganización de los Mavs sabiendo que el día antes del partido Nowitzki estaba enfermo. ¡Arrrrgh! «Puritito» caos en Dallas. Sí, «Fiebre Nowitzki» hubiera sido un titular muy predecible (pero muy acertado) para este artículo. Pero es que realmente el pobre Dirk deambulaba el día antes del partido con 38 de fiebre por el entrenamiento haciendo más ‘eses’ que un globero en Domingo. 

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globero: adjetivo, a veces despectivo, que sirve para identificar a los aficionados ocasionales. Algunos lo llevan con orgullo. (Diccionario de la Lengua Ciclista)

 

Con fiebre y todo, Nowitzki cumplió como auténtico gladiador leonés (jugando sus 39 min, con 21 puntos y 11 rebotes). Pero Wade volvió a jugar el partido de su vida (con 32 puntazos y algunas jugadas realmente espectaculares). Ambos titanes decidieron nuevamente el partido, para bien y para mal. Primero el mismísimo, convaleciente, Dirk encesta la canasta decisiva para Miami (dejando el marcador 84-81 a falta de 14 segundos). Seguidamente es Wade el que empata el partido con un mate espectacular (a falta de 9 segundos). Pero tras dos tiros libres convertidos por Jason Terry (86-83) y a falta de 6 segundos, es el propio Wade al que se le escurre el balón consumiendo casi todo el tiempo y dejando a Miller un tiro de tres demasiado forzado para tocar siquiera el aro. ¿Realmente se le escurrió el balón? ¿o fue el aletero de Barea?

 

Ojo en el video al comienzo de partido de Barea. No era broma que se siente a gusto entre los árboles, de hecho hay un par de fotogramas (a partir de 1:42) que parecen sacados del rodaje de Willow. Ojo también al despertar de Chandler y Terry desde el inicio al relajarse la defensa de los Heat. Muchos ojos también para la circulación rápida de balón por el triple (nunca vista tan cómoda en los partidos anteriores y también producida al cerrarse la defensa) que dio a los Mavs muchos tiros ‘solitarios’ de tres. Si os queda algún ojo libre (¿cómoooo?) no perdáis de vista a Wade, haga lo que haga.


Resumiendo: Dallas está en una posición inmejorable (¿irrepetible?) para llevarse el anillo. «Sólo» tiene que mantener la mentalidad de equipo y no «enmuñonarse» cuando Nowitzki vuelva a estar al 100%, dejándole toda la responsabilidad. Recordad que el movimiento «Salvemos a Nowitzki» sigue activo. Miami, por su parte, «sólo» tiene que equilibrar bien sus tres talentos y mantener compensados ataque y defensa para ganarlo todo, siempre y en cualquier lugar. Esto tan simple parece que Lebron (8 mini-puntos en el último partido) no lo ha entendido o simplemente no estaba escuchando cuando se explicó en clase. Eso sí, sus genes le impiden tener dos partidos malos seguidos. Así que como se alineen los tres astros (y todos sobrepasen los 22 puntos) se puede montar un jaleo muy muy muy feo.

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Para feo feo, las fans de los Mavs. O por lo menos ese es el rumor/historieta-graciosa que corre por algunos foros en los que se calientan la oreja hinchas de Dallas y de Miami. Será que llega un momento en el que se terminan las ideas para meterse con el equipo contrario en la eterna lucha de: «Y tu equipo es…», «Pues el tuyo…». Entonces llega un ocurrente y dice «pues las fans de Dallas son todas feas». A alguien le hace gracia y comienza la leyenda. Nuestra imagen del partido sólo trata de ilustralo. Como diría el tejano… «Yeeeeeeeeeeeee Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaw!».

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