Dos selecciones que se pueden encontrar en el espejo

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El Mundial de fútbol está a punto de echar el cierre. Ha sido un mes con toda clase de emociones. Las mayoría de las principales naciones de este deporte no han estado a la altura de las expectativas. En mitad de ese derrumbe del viejo orden, ha emergido España como emblema de una interesante forma de interpretar la vieja alquimia del fútbol. La selección de Del Bosque se ha distinguido por su talento colectivo, por su confianza y por su humildad, por el sello inconfundible de su buen juego. Mejor al primer toque. Esa decidida apuesta por mover la pelota con vértigo y criterio la ha emparentado con nuestra selección de basket. Las coincidencias no cesan ahí. Descubre en estas líneas el espejo doble de buen gusto que vincula ambos combinados nacionales.

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Dos selecciones que se pueden encontrar en el espejo

Pedro Fernaud

 

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La selección española de fútbol ha cautivado en el mundial con valores muy similares a los

 del combinado nacional de baloncesto, como solidaridad, talento colectivo, eficiencia

 táctica o compañerismo. Fuente de foto: Federación Española de Fútbol.

 

Contemplar el triunfo de la selección de baloncesto supuso una satisfacción para todos porque conciliaban forma y fondo. Nuestro combinado ha conquistado el Campeonato del Mundo y de Europa (también la plata olímpica) desde el juego bien depurado. Tanto en defensa (con intensidad, riqueza táctica y una emocionante demostración de voluntad y solidaridad colectiva), como en ataque, donde ha primado una criteriosa lectura de las defensas rivales, habilidad en el pase, buena circulación de pelota y la determinación ganadora de nuestros jugones para desplegar con resolutividad su talento.


En esa misma línea se ha expresado la selección de fútbol, cuyos componentes han sabido leer bien los partidos en la faceta defensiva. Además de mostrar armonía de grupo en la ejecución de los movimientos de retaguardia, han tenido paciencia, personalidad y estilo para mover con soltura y belleza la pelota en ataque. La única diferencia entre ambos conjuntos quizá sea la falta de un líder sobresaliente en el plantel futbolístico. Xavi, Iniesta, Villa o Casillas son muy buenos en sus puestos. Pero su influencia en el juego no es la misma que, por ejemplo, ejerce Pau Gasol cuando juega con la selección de basket, donde su resolutividad es capital para traer los éxitos.


Resultados, estética y….Valores humanos. El deporte es una escuela de valores desde la base. Los pequeños juegan, aprenden e interiorizan claves como compromiso (por ejemplo de puntualidad), compañerismo, respeto al adversario, disciplina, constancia…Tanto en baloncesto como en fútbol, nuestras selecciones ejemplifican la asimilación a fuego de esos valores. Unas cualidades que permite admirar a ambos grupos como un referente colectivo en cuanto a dedicación, respeto, armonía y trabajo.


Con el plus de que se lo pasan bien. Tanto la selección de basket como la de fútbol irradian buen humor. Síntoma de la buena sintonía que existe entre sus componentes. Del respeto, aprecio y admiración que se tienen entre sí. Una buena onda que luego se traslada a la cancha y el césped. Una personalidad positiva que refuerza el orgullo que podemos sentir viéndolos. Por sus resultados, su actitud humana y sus logros estéticos a favor del espectáculo, con un juego pegadizo, vistoso y generoso a un tiempo.

 

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 La consecución del Mundial de Japón por parte de nuestra selección de baloncesto supuso una enorme

inyección de autoestima para el deporte español, incluido el fútbol, que de alguna manera se

sintió inspirado y espoleado por este logro. Fuente de foto: FIBA.com.


Más puntos en común de estos espejos a seguir. En ambas selecciones, el referente de juego es catalán. En la selección de baloncesto, el gran galvanizador del juego es Pau Gasol (Sant Boi, 1980 Barcelona). Este verano no estará él, pero lo más probable es que asuma ese liderazgo su hermano Marc (mismos orígenes, 1985). Si fallara él, JC Navarro (Sant Feliu del Llobregat, Barcelona, 1980) es, además del capitán del grupo, una fuente segura anotación en el capítulo exterior. Claro que también merece mención propia Rudy Fernández (Palma de Mallorca, 1985), cuya pujanza y creatividad ofensiva también le convertirán en un referente anotador este verano en Turquía.


En la selección de fútbol, el megacrack, el hombre de referencia es Xavi Hernández (Tarrasa, Barcelona, 1980). Bastante más pequeñito que Pau (1’68 frente a 2’15), Xavi es igual de grande que el de Sant Boi en lo referido a conceptos como compromiso, calidad en la técnica individual, versatilidad de juego y talento. Está a un paso de ser escogido MVP de esta Copa del Mundo (ya lo fue de la pasada Eurocopa), como en su momento lo fue Gasol en el mundial Japón o el año pasado en el Europeo de Polonia. Cada uno de ellos atesora un palmarés excelso, con una coincidencia interesante.


Ambos han ganado un par de veces el trofeo cima de su deporte en la modalidad de deportes. Pau Gasol ya tiene dos anillos de la NBA y Xavi Hernández puede presumir de haber conquistado dos Champions League. Otro vínculo entre ambas selecciones es la superpoblación de jugadores modelados en la cantera del Barça. A la factoría blaugrana pertenecen los hermanos Gasol y JC Navarro. En el caso de la selección de fútbol, la nómina cubre una amplia porción del once titular de la selección. Piqué y Puyol en la retaguardia y Busquets, Xavi e Iniesta en la medular y Pedro en la delantera.


Eso por no mencionar a Ricky Rubio, Fran Vázquez y David Villa, jugones nacionales fichados a golpe de talonario para mejorar las prestaciones de las ya de por sí competitivas plantillas blaugranas. La tendencia pues se ha invertido. En los sesenta, setenta e incluso mediados de ochenta, ambas selecciones tenían mayoría merengue. El Real Madrid era su principal afluente de jugadores. Pero estas selecciones de ahora están mayoritariamente suministradas por jugadores del club catalán.


Sea como fuere, estas selecciones son diversas. En ellas caben distintas versatilidades y procedencias. Ambas tienen tipos divertidos, talentosos y muy comprometidos (Reina, Piqué y, en la de basket, antaño Berni, antes y ahora Mumbrú). Jugones que sudan talento, que hubieran liderado cualquier otra generación, pero que en ésta lucen como comandantes con aura de especiales, categoría a la que pertenecen Iniesta, Villa o Xabi Alonso si hablamos de fútbol y JC Navarro, Rudy Fernández o Felipe Reyes en basket.


Ambas selecciones de jugones también tienen recambio para transitar al próximo lustro con garantías. Hombres con hambre, gran potencial, mucho talento y una promisoria ética de trabajo. Tipos como Cesc Fabregas, Sergio Busquets, Gerard Piqué, Pedrito o Javi Martínez si pensamos en clave balompédica. Si hilvanamos ilusiones en el baloncesto, surge la pujanza de Marc Gasol, Ricky Rubio, Víctor Claver, Carlos Suárez o Pablo Aguilar. Es la consecuencia de un trabajo bien planificado, coordinado y supervisado en las categorías inferiores de la élite de ambas disciplinas deportivas.


Echamos el cierre a este espejo de comparaciones y guiños con un poco de estadística ganadora. En el último lustro ambas selecciones se han sacudido de encima todos los complejos e inercias insuficientes de los decenios anteriores. España (baloncesto) ha ganado un Campeonato Mundial (2006) y un campeonato de Europa (2009), además de un subcampeonato de Europa (2007) y otro olímpico (2008). España (fútbol) ha ganado su segunda Eurocopa en 2008 y está en la antesala de lograr el cetro mundial. Averiguaremos el trazo final de su epopeya esta noche. Este artículo contiene el guiño favorable de esta web para que la grandeza de nuestro fútbol se oficialice todavía más. A fin de cuentas, estamos hablando de un efecto contagio que, de algún interesante modo, acabará repercutiendo también en nuestro combinado de basket.