Dirk Nowitzki: constructor de resistencias

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Algunos jugadores pertenecen por méritos propios al imaginario colectivo de su tiempo. Dirk Nowitzki figura en ese club exclusivo. Hace pocas horas, su imagen aparecía en el portal de la NBA junto a la de otros mitos de nuestro deporte: Kareen Abdoul Jabar, Mo Malone, Michael Jordan…¿El motivo? Los 48 puntos que endosó a los Oklahoma Thunder en el primer partido de la serie que enfrenta a ambos equipos (segundo capítulo, esta madrugada, a las cuatro de la mañana, hora española, las nueve de la noche, horario de Dallas). El coloso alemán es definido en ese portal como “una fuerza imparable”. En estas líneas nos adentramos un poco más en la genuina personalidad de este gladiador de la gloria, cuyo afán de mejora y azarosa peripecia personal y profesional le convierte en un personaje pintiparado para protagonizar algunas de las fábulas zen, que tanto le gustaba frecuentar al ya retirado ‘Señor de los anillos’.

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Dirk Nowitzki: constructor de resistencias

Pedro Fernaud

19.mayo.2011

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Dirk Nowitzki está siendo una de las estrellas de estos play off en la NBA. Fuente de foto: nba.com


Un tipo que es capaz de anotar sin mácula 24 tiros libres en un encuentro de la exigencia de unas semifinales de la NBA es un as de la concentración. El primer partido de la final de la Conferencia Oeste deparó un nuevo curso magistral de Nowitzki en el poste bajo. DN es rápido y resistente, la segunda cualidad es habitual en un tipo que surca los 2’13. Pero su velocidad es el producto de una mente incesante, germánica en el mejor sentido de la expresión; es un tipo capaz de incorporar una gran cantidad de movimientos y sacar ventajas de ellos, tanto de espaldas al aro como de cara a él.


“Es nuestro hombre”, dirán muchos de los más entusiastas aficionados de Dallas. Al margen de esa expresión típicamente estadounidense que podría dar algo de trabajo al señor Freud, lo que quieren expresar esos aficionados es que este tipo es un cheque al portador; lo hace casi todo bien y casi todo a lo grande a favor de su equipo.


Defiende como un lobo y dobla el pase como los mejores cuando le doblan o triplican las defensas. Además, tiene un tiro de tres más que competente (39% de acierto este curso, 38 en el global de su carrera), con el que abre muchos espacios.


Sin embargo, esas cantidades de talento, propulsadas por una ética de trabajo que conmoverían a su compatriota Wagner (Richard, el compositor), no han obtenido el justo reflejo en el palmarés del jugador, que está a punto de cumplir 33 tacos (el próximo 19 de junio).


Es verdad que los reconocimientos a su individualidad han sido abundantes y merecidos. En esa lista, sobresalen un MVP de la NBA (2007), otro del mundial (2002), 10 presencias en el All Star y 5 en el quinteto ideal de la liga. Pero la excepcionalidad de su juego sólo ha encontrado eco en una final NBA, la de 2006, cuando su joven equipo (fundado en 1980 y en el que el DN juega desde 1999), desaprovechó una ventaja de 2-0 ante unos Miami Heat liderados por Dwyane Wade, campeones a la postre.


Al año siguiente, su franquicia tuvo el dudoso honor de caer ante los Worriors en primera ronda, tras haber finalizado en la primera plaza de la liga en el tramo regular con un exitoso balance (67-15), que contribuyó a que DN fuese escogido MVP de ese año, con lo que las críticas al batacazo posterior fueron más intensas si cabe.


Después de ese varapalo, Nowitzki se fue en plan mochillero por diferentes zonas del Asia Oriental. Imagínate, hacerte el Interrail con los medios justos cuando ganas una cantidad de dinero que no te cabe en la imaginación. De aquella experiencia, DN dijo que le había venido muy bien para limpiar la cabeza, cargarse de energías y dejar de pensar en baloncesto (como todos los grandes de este deporte, DN tiene Fiebre de Baloncesto en el grado más severo, ese que te lleva a soñar con baloncesto en la mayoría de las noches).


Por aquel entonces, Nowitzki era la estrella más global de la liga. Muy anotador, generosos e infatigable en sus ganas de mejorar. Aunque lo peor estaba por llegar. Al poco, encarcelaron a su entrenador personal (algo parecido a un padre para él) por fraude fiscal. Después, entro en un bucle de decepciones en los play off con su equipo que hicieron temer lo peor para su reputación internacional.


Pau Gasol había copado el corazón de los aficionados europeos que miran con fascinación la NBA. Pau guiaba a su selección y a su nuevo purpurado equipo hacia la gloria, mientras DN pasaba a ser más noticia por la relación sentimental con una mujer, que le engañó a él y a unos cuantos hombres más (empleaba hasta ocho alias distintos), mientras se dedicaba a estafar a diferentes personas. “Me costará volver a confiar en una mujer después de un hecho así”, dijo en su momento.


Por suerte, DN nos ha demostrado que todo mal karma tiene una fecha de caducidad y una finalidad (hacerte más fuerte y sabio). Dicen que se ha vuelto a echar novia y sus estadísticas esta temporada hablan por sí solas. 23 puntos de media en la liga regular (los mismos que en el global de su carrera) y 7 rebotes. Cifras que ha incrementado notablemente en estos play off (28.5 puntos y 8.4 rebotes por velada), donde ha guiado a su equipo a doblegar a los Blazers (4-2), humillar a los Lakers (4-0) y, de momento, subyugar a los Thunder.


¿Próxima estación? Es fácil intuir a donde le puede llevar el destino después de tanto sufrimiento. Pero seguro que todavía quedan más dificultades, que deberá encarar con su clase y temple. Por si acaso, no estará solo, contará a su lado con el talento de gente como Kidd, Barea, Terry o Chander. Dallas ha vuelto para quedarse.

 



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