Crónica a ojos cerrados del Oldenburg-Fuenlabrada

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Las pantuflas puestas, la copa de brandy en la mano, el transistor encendido y el corazón cubierto de expectación por ver cómo iba al Fuenla en su segundo partido de la Eurochallenge. Theobald Philips fue uno de los miles de aficionados madrileños que vivieron ese encuentro en la emisora autonómica, Onda Madrid. El resultado de su escucha y entusiasmo se plasma en esta crónica, que nos endulza un poco la contundente derrota que encajaron los fuenlabreños ante el Oldenburg (85-66).

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Crónica a ojos cerrados del Oldenburg-Fuenlabrada

Theobald Philips

17.noviembre.2011

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‘Mou’ Sené fue uno de los jugadores fuenlabreños en el áspero duelo que los del sur de Madrid dirimieron contra el Oldenburg en tierras germanas. Fuente de foto: baloncestofuenlabrada.com


¿Por qué una crónica a ojos cerrados? Porque, parafraseando a Shakespeare, el Fuenlabrada está hecho de la materia de los sueños (europeos), y los sueños se viven despierto pero se sueñan dormido. De igual forma, este sueño-aventura fuenlabreña tenemos que verla con los ojos cerrados y las orejas muy abiertas, pegados al transistor. Si TVE maltrata la Euroliga o la ACB, ¿cómo pretender que nadie se preocupe de un partido de Euro Challenge?


No son las 10 mejores jugadas de la NBA, no salen los Gasol, Real Madrid y Barca están a miles de kilómetros, ningún medio tradicional en su sano juicio consideraría esto información de baloncesto. Toda la Galia está ocupada ¿toda? ¡No! Una pequeña emisora autonómica de la Comunidad de Madrid resiste al invasor. Gracias a la revolucionaria y suicida actitud del programa En Juego, de Onda Madrid, los aficionados pudimos seguir el Oldenburg-Fuenlabrada (el jueves pasado también fueron nuestros ojos en Belgrado).


Así pues, poniendo las barbas del baloncesto a remojar antes de que a algún prócer se le ocurra clavar un clavo más en el ataúd mediático de nuestro deporte, «canonizándolo» como al vecino, permitidme que haga la que, sin duda, es la primera crónica de un partido realizada a partir única y exclusivamente de una retransmisión radiofónica.


Arrancó bien el Fuenlabrada, con un Sené muy entonado y desarbolando al Oldenburg. Repuesto de la sorpresa, el equipo alemán le contestó con el talento y movilidad de Bobby Brown, y el juego interior del ex-caísta Chubb. Durante los dos primeros cuartos, los dos equipos fueron alternándose en el marcador, consiguiendo ventajas cortas que nunca llegaron a superar los 6 puntos.


Porfi hacía honor a sus declaraciones prepartido, rotando a sus jugadores más que de costumbre en la liga Endesa y dando minutos a los jóvenes; aun así, el juego no parecía resentirse y Fuenlabrada aguantó las embestidas del Oldenburg hasta el final del segundo cuarto.


Al descanso, si bien los locales habían conseguido 5 puntos de renta, Adam Chubb se llevaba 3 faltas al vestuario (dos consecutivas en ataque en el último minuto). Las espadas seguían en todo lo alto, y el cuento parecía que tendría un final feliz.


Pero si el cuento del primer tiempo había sido “Juan Sin Miedo”, el del segundo fue “Los Músicos de Bremen”, con Brown, Chubb, Paulding y Majstorovic desarbolando completamente a los fuenlabreños y ampliando las ventajas de forma inmisericorde a 16-18 puntos. Una ración de kiwi mejoró el tránsito de los de Fisac y dejó la cosa en 54-49 al final del tercer cuarto, pero ahí terminó todo. La onda expansiva de la actuación de Brown en el primer tiempo recorrió el segundo, y Bobby encontraba siempre un compañero desmarcado, con especial mención a Paulding.


El Fuenlabrada, cambió a Shakespeare por Calderón y, habiéndose soñado en un estado más lisonjero, acabó soñándose de estas prisiones cargado. No estuvo en defensa y le faltó intensidad (pocas faltas, muchos fallos) en un partido que había que remontar. Si demasiadas estrellas estuvieron desparecidas, la cara positiva está el papel de los jóvenes, sobre todo el final de Álvaro Muñoz.


El resultado final, 85-66, una cuesta muy empinada para remontar en el Fernando Martín. Y nosotros lo vimos por la radio ¡¡¡VIVA LA RADIO!!!

 



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