BBB: una oda a los intangibles del baloncesto

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El  Bizkaia Bilbao Basket será el otro finalista de la ACB, tras derrotar este jueves al Real Madrid por 80-72- ‘Los hombres de negro’ han ido de menos a más en su serie con los blancos, hasta imponerse por un parcial de 3-1. El último partido de la serie fue el más igualado de esta eliminatoria; ambos equipos jugaron cerca de sus mejores versiones actuales y se impusieron los bilbaínos, empujados por su colosal afición. En este post analizamos las claves que han hecho finalista al BBB.

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BBB: una oda a los intangibles del baloncesto

Pedro Fernaud

3.junio.2011

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 Marko Banic volvió ser factor decisivo en el tercer triunfo de la serie sobre el Real Madrid. Fuente de foto: ara.ca


La capacidad reboteadora. Si tu equipo es más alto y tiene más músculo que tu rival y aún así pierde la batalla reboteadora, es que tiene un problema importante de mentalidad y-o corazón. En según qué fases de esta eliminatoria eso es lo que le ha pasado al Real Madrid. Los jugadores blancos dieron una imagen mucho más edificante (en cuanto a actitud y regularidad en el rendimiento) que la del tercer partido, pero aún así no fue suficiente para contrarrestar el empuje de la tripleta de hombres altos (Hernández Sonseca sigue lesionado) y aleros del BBB. Los locales cogieron 7 rebotes más que los merengues y volvieron a ganarle la partida en los rechaces ofensivos (12 por 10). Es una cuestión de deseo, diría Natalie Portman (vale, o Kaloyan Ivanov). Y el deseo, como el orgullo, no se improvisa; es una cuestión diaria: mitad natural, mitad voluntad…


Los intangibles. El Bilbao estuvo mejor que el Madrid en la práctica totalidad de las facetas (los blancos sólo mejoraron a los locales en el acierto del triple, con un 25%). En total, los bilbaínos sumaron 91 de valoración por 69 de los blancos. Pero aún así, lo más definitoria de este choque y de la eliminatoria en general son los intangibles que han demostrado los hombres  de Fotsis Katsikaris. El conocimiento del juego de Mumbrú, el corazón de Hervelle, la capacidad defensiva de Mavroedis, los fundamentos técnicos de Jackson, el pulso de hielo de Vasileiadis, la clase y (otra vez) la ‘patata competitiva’ de Banic…Lo que sumado a la buena lectura táctica de Katsikaris (un filósofo de las emociones y las palabras) ha desembocado en un triunfo memorable de los bilbaínos, que han pasado de no ganar ni un partido en su historial play off a plantarse en la final.


Paciencia y rapidez en ataque. Fotsikaris pedía esos estímulos a sus jugadores y a fe que lo ha logrado. Si tenían la mínima ocasión, montaban contras fulgurantes. Y si tocaba ataque estático, matizaban la posesión con criterio. Jackson es un prodigio con el balón en las manos y un buen pasador, pero la lectura coral del juego no es su fuerte. Por eso llama la atención que las decisiones más inteligentes y acertadas en el juego cinco contra cinco hayan venido de un alero (Mumbrú) y dos pívots (Hervelle y Banic).


Defensa a lo ‘gimnasta soviética’. La vida y los métodos de entrenamiento de las gimnastas rusas siguen siendo muy severas. Pero el colmo de sumisión al trabajo, hiperactividad y perfeccionismo lo alcanzaron durante la época soviética. Con una mentalidad parecida (en cuanto a la atención a los pequeños detalles, concentración férrea y dinamismo) a la de aquellas gimnastas, han actuado los ‘hombres de negro’ en defensa. Han negado muchas primeras líneas de pase gracias a su actividad incesante, tanto en línea exterior como en la pintura. Y, al igual que sucedía con aquellas armoniosas gimnastas, se han coordinado para realizar coreografías de ayudas y cierres defensivos que han negado muchas vías de agua al Madrid, produciendo disfrute estético en el espectador neutro y euforia colectiva en sus aficionados.


Conmovedora afición bilbaína. Bilbao es una fiesta en cuanto a afición al baloncesto. No sólo es que sean la hinchada más elegante (riqueza y señorío invitan). Es que además viven este deporte con una pasión especial. El entusiasmo del recién llegado.


Hace un par de temporadas ya montaron una buena fiesta para celebrar su presencia en los play off. Y este año lo han bordado, creando un ambiente muy adverso para el rival (imposible escuchar nada en un ambiente así cuando uno ataca), ‘diabólico’ en los pequeños detalles (como ese grito de guerra de los indios norteamericanos que suena cuando anotan Banic o Blumis) y cuajado de ambiente festivo, que nos recuerda que este deporte es un juego y también un estupendo motivo para pasarlo bien y cohesionar comunidades, mientras refuerza lazos intergeneracionales entre sus miembros, que sienten algo así como un éxtasis colectivo cuando los equipos que les representan conquistan a través de valores logros como el obtenido este curso por el Bilbao Bizkaia.



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