Algunos virtuosos y una colección completa de cazadores

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El Bizkaia Bilbao Basket subyugó (68-51) al Real Madrid en el tercer partido de las semifinales que les enfrentan estos días. El equipo vasco hizo valer su mayor intensidad para disfrutar de más posesiones gracias a su facilidad reboteadora y sus logros en defensa. Mención propia merece el completo partido de Banic (20 de valoración), el corazón de Hervelle, la espectacularidad de Jackson y la puntería de Blunis. Por parte del Madrid, sólo brilló Sergio Rodríguez, autor de 18 puntos, el registro más alto del partido. En estas líneas condensamos las claves de la primacía bilbaína en este duelo.

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Algunos virtuosos y una colección completa de cazadores

Pedro Fernaud

1.junio.2011

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Marko Banic fue el factor diferencial del BBB en la segunda victoria del equipo bilbaíno sobre el Real Madrid en las semifinales ACB. Fuente de foto: deportes.orange.es


El instinto del cazador; un contagio en BBB. El entrenador del BBB, Fotsis Katsikaris es un libro abierto en las conferencias de prensa; pocos técnicos explican el baloncesto con su sinceridad y elocuencia. Con vistas al segundo partido de la serie, le dijo a sus chicos: tenemos que hacer las cosas rápido y con paciencia. Una paradoja que interpreta como pocos Axel Hervelle; el pívot belga está para lo fino (defensas por anticipación, aprovechando los tentáculos que tiene por brazos) y para lo grueso (ocho rebotes, tres de ellos ofensivos).


Su nivel intensidad es la conciliación de una mente enchufada cada segundo con un físico trabajado en la ética de un curro diario. Por eso le renovaron varias temporadas este verano. Y por eso ha contagiado al resto de sus compañeros, que están defendiendo en estas rondas finales con un voltaje y solidaridad conmovedores. Tanto que funcionan como secadores de juego de sus adversarios; los calientan, los bloquean y al final éstos se ofuscan y acaban encadenando fallos en ataque.


O, expresado por el mejor jugador bilbaíno del partido, Marco Banic (20 de valoración): “Donde no te llegan los centímetros, te llega el corazón”. Esta intensidad encuentra reflejo en un par de casillas estadísticas reveladoras; el dominio local de los rebotes (44 por 29, con 11 rebotes ofensivos más que los blancos) y la valoración global (67 por 45), que habla de que los bilbaínos matizaron mucho su juego en ataque. Pero antes de hablar de ello, nuestra admiración por el instinto ganador de Banic (5 rebotes ofensivos), la buena defensa de Blums sobre Llull y el tono de los hombres altos ‘de negro’ a la hora de dificultar las maniobras de los gigantones merengues.


Criterio en la circulación de la pelota, contras relámpago y la clase de algunos solistas. De acuerdo, el BBB tuvo bastante desacierto cerca del aro (37% de acierto en tiros de 2), donde el poder intimidador de las torres blancas jugó un papel capital. Pero a cambio consiguió muchas canastas cómodas en contraataque gracias a su agresiva defensa de las líneas de pase. Si a ello agregamos el fascinante manejo de balón de Jackson -que lo mismo vale para asesinar (anotar) que para regalar (asistir)-, el talento de Banic en la pintura (13 puntos y 11 rebotes), la versatilidad de Mumbrú o la facilidad triplista de Blunis (4 de 7 en ese apartado), encontramos las claves del triunfo bilbaíno.


RMB: Sin plan de juego, inhibidos, con extracomunitarios mediocres y con el escaso faro de los Sergios.

Lo dijo en la previa, nuestro cribador de básquet en el mundo facebook, Theobald Phillips: “Como diría Esopo, la colectiva tortuga bilbaína llegó a la meta antes que la solitaria y menorquina liebre blanca….”. Este partido cambio de apellido (Rodríguez por Llull) y procedencia de la liebre (chicharrera por menorquina) pero la idea de esa mirada ‘Fiebre’ subsistió. El Madrid fue de nuevo un talentoso contra el mundo. Al equipo de Lele Molin le falta un plan colectivo de juego. Algunos de sus jugadores más jóvenes (hoy Suárez, ayer Mirotic, otras veces el chacho) se inhiben en los momentos importantes de los partidos más decisivos. Los veteranos no ayudan mucho (discretos play off de Prigioni y Reyes) y los exatracomuitarios (Tucker, Fisher), que de toda la vida están llamados marcar diferencias, son unas medianías…Cuando no un chasco continúo, como sucede con la puntería de Clay Tucker en los partidos importantes.


Sea como fuere, a este equipo le sobra talento. Y han demostrado varias veces esta temporada que, a pesar de su bisoñez, también poseen orgullo torero. Sólo necesitan rabia, concentración y serenidad. Justo lo que ofreció Sergio Rodríguez este martes. Defendió con la entereza de un marine (a duras penas dejó recibir a sus pares y birló 5 balones), puso hilo directo con el juego interior cuando su equipo más lo necesitaba y se lleno las manos de puntos (18, el máximo anotador del encuentro) para demostrar su marchamo NBA y una clase que ojalá algún día empiece a fluir con mucha más regularidad. La misma que necesita su equipo para salir de este atolladero.


Entretanto, la gente en el pabellón de Miribilla celebró el triunfo de su equipo como un auténtica fiesta; no es para menos, sus ‘hombre de negro’ está a un paso de protagonizar historia.



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