Adivina quién viene esta noche
Cuando no es Sinanovic, es Tripkovic. Y si el serbio no está, aparecen Renfroe y Hunter. El Blancos de Rueda Valladolid se asienta en la zona tranquila de la clasificación a costa de un Lagun Aro GBC que no supo jugar sus bazas. La actuación coral del Blancos de Rueda se impuso un equipo donostiarra que trató de ajustar el marcador a tirones propiciados por su mejor jugador del encuentro, Raulzinho Neto, pero el brasileño no fue suficiente. [Estadísticas]
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Adivina quién viene esta noche
Jorge Álvarez
18.noviembre.2012
El Blancos de Rueda Valladolid volvió a ofrecer su imagen de equipo y capacidad de adaptación a las circunstancias, para lograr una cómoda victoria ante un presumible rival por la permanencia, el Lagun Aro GBC. Sin alardes, pero mostrando una solvencia que no se había visto en mucho tiempo en el Pisuerga, el equipo vallisoletano pone una distancia de seguridad con el descenso que le otorga la tranquilidad suficiente para jugar los partidos sin tanta presión como se notó en el equipo donostiarra, precipitado y falto de un punto más de acierto en los momentos clave.
El equipo local salió en tromba en el primer cuarto. Apoyados en un gran Hunter y las asistencia de Renfroe (6 en el primer cuarto), lograron un parcial de 22-9 a falta de 3’ para el final del cuarto que obligaron a Sito Alonso 
a cambiar todo el equipo y el sistema de juego. Si bien Salgado lograba posiciones cómodas de tiro, el resto de sus jugadores se veían superados por sus pares, en especial Hunter sobre Doblas, al que el pivot americano sacaba de zona para aprovechar su rapidez y buena mano (9 puntos en este cuarto). La salida de Neto y las dos faltas de Hunter, pararon el parcial que había logrado el equipo vallisoletano y acercaron en el marcador a los donostiarras 22-14.
El atasco del final del primer cuarto del Blancos de Rueda, continuó al comienzo del segundo. La segunda unidad del equipo local había salido fría y Neto se hacía con la manija del partido. Tanto es así que los morados estuvieron 5’ sin anotar y el equipo visitante se acercó a 1 punto 24-23. Pero la salida de Cizauskas para controlar un poco el encuentro y dos triples prácticamente consecutivos de O’Leary y David Navarro volvieron a situar al equipo local con una renta de 7 puntos. Esa fue la tónica general del partido. Cuando el GBC parecía que se acercaba en el marcador, el Blancos de Rueda volvía a acelerar y desde la línea de tres volvía a poner distancia. Los últimos minutos del segundo cuarto el equipo local se situó en zona para evitar la potencia en el rebote ofensivo de Ibekwe y conservar la ventaja lograda en el primer cuarto, en parte también gracias a Grimau, quien se encargó de sostener a su equipo en ataque (7 puntos en este cuarto) incluida la última canasta del primer tiempo, la que dejaba el marcador en 44-35 para los vallisoletanos.
En el tercer cuarto, la historia del partido no cambió. El equipo visitante volvió a acercarse en el marcador, gracias a las faltas personales de Hunter y Nacho Martín que dejaban la zona local un tanto despoblada, dado que Sinanovic, con molestias, al final jugó pero estuvo lejos de sus números. Fue el momento de Doblas, muy fuerte abajo como ya demostró durante el primer cuarto haciendo sufrir a Hunter en las posiciones cercanas al aro.
Sin embargo, ahí apareció Renfroe, sin duda el jugador del partido. Cuando más estaba sufriendo su equipo encadenó tres triples consecutivos sin fallo, secundado por otro de Nacho Martín que devolvieron la tranquilidad al equipo local y a sus aficionados. Sito lo intentó dando entrada a los dos bases (Neto y Salgado), pero se olvidaron de Doblas y la precipitación por remontar se tradujo en pérdidas de balón (22 al final del encuentro). Otra zona de Roberto González a falta de 2’ volvió a dar descanso al partido, aunque un triple de 9 metros de Salgado sobre la bocina permitió al GBC terminar el tercer cuarto con esperanzas todavía de mantenerse en el partido (62-50)
Pero si el Blancos de Rueda siempre ha sido un equipo rocoso y muy luchador, en este último cuarto también demostró madurez y paciencia. Durante todo el encuentro la defensa del GBC estuvo centrada en parar a Tripkovic, y realmente lo consiguieron (sólo 4 puntos). Pero el alero serbio, lejos de obcecarse, se dedicó a cargar de personales a sus pares. De este modo, en 3’ el GBC estaba en bonus y el Blancos lograba puntos fáciles desde la línea de tiros libres que le permitían mantener la ventaja ante los arreones finales del GBC. Además, Othelo Hunter volvió a aparecer en este último cuarto para anotar dos triples sobre la bocina del tiempo de posesión que acabaron de minar la moral del equipo visitante.
Al final del encuentro, victoria para el Blancos de Rueda por 76-61. Una ventaja fraguada en la labor de equipo, más allá de las actuaciones individuales. Como decía Roberto González en rueda de prensa, cualquier actuación destacada de un jugador es un extra, pero no se puede plantear el partido sobre eso, sino sobre la labor de equipo. Y el público del Pisuerga terminó el partido botando y cantando, con una felicidad como hacía tiempo no se veía por estos lares. Que dure.
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