Fuenlabrada 13/14: necesita mejorar

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Treinta y tres partidos y dos cuartos después (pues en los dos últimos contra Laboral Kutxa el equipo se abandonó completamente), Baloncesto Fuenlabrada terminó la temporada 2013/2014. Permanencia conseguida, algo absolutamente vital para un equipo modesto como es el madrileño, el equipo podrá afrontar a partir de ahora su decimoséptima temporada ACB, décima consecutiva ¿Ha sido suficiente? Es el momento de poner las notas.

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Fuenlabrada 13/14: necesita mejorar

Theobald Philips

2.junio.2014

 

 

Foto: Lydia Calvo / Fuenlafreak.com

 Clase 2013/2014. Una permanencia que ha sabido a poco.

 

–¡Vamos, chicos, centraos! –dijo don Luis, consciente de que la cercanía de las vacaciones haría imposible que sus pupilos se centrasen lo suficiente como para terminar las dos últimas clases como él pretendía, con un último examen de reválida para subir nota.


Don Luis había llegado a mitad de curso sustituyendo a don Jesús, un antiguo profesor del colegio que, tras un periplo por otros centros, había vuelto para ocuparse de aquella clase del curso 13/14. Aunque Don Jesús había puesto su mejor voluntad, sus alumnos parecían aquejados de TDAH (Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad) y, si bien empezaban los exámenes bordándolos, el vuelo de una mosca les distraía y acababan suspendiendo muchos de ellos. Eran buenos chicos, hacían unos trabajos de clase estupendos, pero cuando llegaba la evaluación ese esfuerzo no se traducía en buenas notas. La primera evaluación había sido un desastre y, aunque las notas mejoraron ostensiblemente a mitad de curso, la semana de vacacionespor el viaje de Paso del Ecuador que habían hecho los mayoresa Málaga volvió a descentrar a los chicos, provocando que don Ferrán, el tutor, decidiera prescindir de don Jesús y llamar a don Luis.


A don Luis no le había sido fácil mejorar las calificaciones pero, cambiando un poco el estilo de enseñanza y retocando la disposición de los pupitres en la clase para centrar a algunos de los más díscolos, había conseguido que sus alumnos remontaran y que llegaran a final de curso sin perder tanto la concentración. No es que fueran a pasar al cuadro de honor pero, por lo menos, pasarían de curso. Se movía don Luis en esos pensamientos cuando, de improviso, se abrió la puerta de la clase y todos los chicos, dejando sus charlas, se pusieron de pie y al unísono entonaron el soniquete:


–¡Buenos días señor Philips, buenos días tenga usted!


–Sentaos, sentaos –dijo el aludido, mientras acariciaba el cuaderno de notas con el mismo gesto con el que el jefe de SPECTRA acariciaba su gato blanco.


–Venga, chicos, haced caso –apostilló don Luis.


–Lo primero que tengo que deciros –comenzó el director [Nota: en ese caso, por razones literarias, el autor se arroga este papel; que nadie confunda sus opiniones con los de la verdadera dirección del equipo…]–es que la clase ha aprobado y, el año que viene, podrá pasar a décimo de ACB. Sin embargo, no podemos estar demasiado contentos; tengo que deciros que todos esperábamos más de vosotros, y que un simple aprobado no está a la altura de lo que podíais haber dado. Os ha faltado poner codos, centraros un poco más en el estudio para, en vez de aprobar raspado, poder estar peleando por un notable. Ya sabéis, si estudiáis para un cinco es posible que suspendáis, pero si estudias para sacar nota y algo te falla siempre te quedarás en un bien o un notable. Y vosotros teníais nivel para estar peleando por algo más, no digo consiguiéndolo pero sí peleándolo,sin tener que andar dependiendo de que haya otras clases realmente desastrosas para ver si aprobáis o no. En fin, espero que este verano os centréis y, el curso que viene, podamos dar una alegría a vuestras familias.


En fin, tras esta valoración general de la clase, pasemos a daros las notas individuales; a ver, a ver… ¡Arnold, Marcus!


El aludido, uno de los pocos que seguía trabajando con sus lapiceros a pesar de lo cercano de las vacaciones, se puso en pie, diciendo un tímido “aquí”.


–Arnold, has sido una sorpresa y, durante mucho tiempo, el nivel de la clase se ha mantenido gracias a tus trabajos de Pretecnología. No podemos ponerte ningún pero, pues siempre has dado la cara por encima de tus posibilidades y limitaciones y, aunque con don Luis ha habido otros a los que han sacado más a la pizarra, perdiendo cierto protagonismo, tú has seguido estudiando y estudiando para mantener el nivel. Tienes un notable alto.El siguiente…¡Cabezas, Carlos!


Mientras Marcus se sentaba en su tablero, digo, pupitre, se levantó Carlos, un alumno que había llegado al colegio con una gran aureola de prestigio, incluso con una matrícula de honor conseguida en un colegio japonés de Saitama.


–Cabezas, has tenido un año bastante irregular. Eras nuevo en este colegio pero, visto tu expediente académico, esperábamos de ti que hicieras de ejemplo y guía para tus compañeros. Empezaste muy bien pero luego, incomprensiblemente, te viniste abajo hasta el punto de que hubo un momento en que Dani te quitó el puesto 1 de la clase. Afortunadamente, con don Luis has vuelto a recuperar tu nivel, haciendo que subas la media. No podemos darte más de un 6, pero esperamos que te quedes con nosotros para el año que viene, ya hecho a nuestro colegio, para que puedas darnos todo lo que llevas dentro.


Mientras el señor Philips llamaba al siguiente de la lista, que se levantaba de un salto felino, Carlitos se sentó cariacontecido y consciente de que podría haberlo hecho mejor.


–Diagné, tienes un 8. Durante todo el año has sido un ejemplo de actitud y ganas de aprender, mejorando día a día aunque a veces tus ansias te llevaban a emborronar algún examen con faltas…de ortografía. Te confiaste y tuviste un pequeño bajón tras tu enfermedad que te ha bajado algo la nota, pero espero que eso te sirva de acicate para seguir mejorando y ser, el año que viene, todavía mejor. Con un 10 en Taponología y Defensa, mi consejo es que este verano hagas los Cuadernos de Vacaciones de Educación Física, Conocimiento del Juego y Tiro, para poder conseguir a medio plazo esa beca para estudiar en Estados Unidos que te han ofrecido.


Con una sonrisa de oreja a oreja, Moussa se sentó dando paso al siguiente de sus compañeros, al que el señor Philips llamó a la palestra:


–Feldeine, James. Bien, este año has aprendido a trabajar más en equipo, olvidándote un poco de estudiarlo todo tú solo. Has sacado muy buenas notas en muchas asignaturas y no solo en Tiro y Penetración, en las que hasta ahora habías destacado, demostrando que puedes ser un alumno muy completo. Como todos, a lo largo del curso has tenido cierta irregularidad, y en especial creo que no asimilaste demasiado bien que don Jesús no te sacase el primero a la pizarra. Aun así tu año ha sido muy bueno y te hemos puesto un 8,5.


Sin esperar a que le llamasen, pues por veteranía sabía que era su turno, se levantó el pequeño Román al fondo de la clase.


–¡Ah, Montañez! Ha sido un año difícil para usted, ya que el sistema educativo que han usado tanto don Jesús como don Luis no ha favorecido sus talentos. No podemos darle más de un 6, pues tenemos que ser objetivos, pero desde nuestro punto de vista es un alumno al que los profesores podrían haber sacado un poco más a la pizarra. Aun así, usted ha intentado dar siempre lo máximo, ya fuera en los exámenes o echando una mano a sus compañeros en el día a día, ejerciendo el papel de delegado de la clase con responsabilidad y autoridad.


Usted no hace falta ni que se levante, Panko–continuó Philips cuando se sentó Montañez–; ha obtenido un sobresaliente, que no ha sido matrícula de honor probablemente por el lastre que le han supuestolos bajones de concentración de sus compañeros y cierta desubicación porque los profesores le han estado cambiando mucho de pupitre; ahora en el grupo 3, ahora en el 4… También me ha parecido que ha acusado usted el cambio de profesor y que le ha costado un poco adaptarse a don Luis aunque, al final, ha acabado demostrando que es el mejor de la clase. Para un colegio modesto como el nuestro, es un auténtico privilegio poder contar con alumnos de su nivel, muchas gracias.


Andresito, alumno serio y aplicado donde los haya, agradeció los halagos recibidos y dio paso al siguiente de sus compañeros.


–Iván –dijo el señor Philips meneando la cabeza– usted ha sido un alumno muy revoltoso todo el año, capaz de lo mejor y de lo peor. Creo que a veces no ha sido consciente de lo importante que era para sus compañeros, y se ha perdido en disputas y nervios que han afectado a toda la clase. Debe centrarse un poco en el estudio y no enfadarse tanto si a veces el profesor prefiere sacar a otros a la pizarra. Si usted se lo sabe perfecto, ya tendrá su momento de demostrarlo, sus compañeros también merecen una oportunidad. Lo siento, pero tengo que darle solo un 6,5 y espero que el año que viene se ponga las pilas para conseguir las notas que realmente puede sacar.


Paunic se sentó enfurruñado, mientras el señor Philips llamaba al pequeño y nervioso Daniel


–Pérez, felicidades, ha superado usted con creces el haber pasado a un curso superior. Durante mucho tiempo, parecía que usted había estado en este plan de estudios durante toda la vida, supliendo con creces en la orla las bajas notas de Carlitos. Tiene usted que seguir así, trabajando duro y soltándose un poco, pues algunas veces su timidez le impide coger el protagonismo que merece. En Gimnasia ha andado un poco justo, trabaje usted para conseguir un poco de fortaleza de cara a que ello no le penalice y le baje la nota. Tiene usted un 7,5.


El siguiente…¡Vargas, Eloy! ¡Vargas!


Ninguno de los presentes se levantó, y el señor Philips se fijó en un alumno desgarbado que miraba por la ventana sin hacer mucho caso a lo que pasaba dentro de la clase.


–¡Vargas! ¡Vargas, atienda usted! Ese es su problema. Tiene todo para sacar sobresalientes y dominar todas las asignaturas, pero a veces muestra una indolencia terrible. Ya sabemos que es difícil llegar a mitad de curso y acoplarse al ritmo del resto de la clase, pero usted no es que tampoco hiciera mucho para solucionarlo. Debería aprender de su compañero Moussa; si usted le echara tantas ganas estudiando como hace él, se le abrirían las puertas de los mejores colegios. Durante unos días, tras la llegada de don Luis, pareció que por fin iba a conseguir los sobresalientes que todos esperábamos, pero las fuerzas se le acabaron en seguida. Lo sentimos mucho, pero no podemos darle más de un 5.


Encogiéndose de hombros, Eloy recogió sus notas y se sentó, dando paso al último de los alumnos, el otro delegado de la clase.


–Vega, este año se ha estancado usted un poco. Tras el paso adelante que dio el año pasado, este curso esperábamos de usted un mejor rendimiento. No podemos censurar su actitud, pero creo que usted es consciente de que sus notas han bajado mucho sobre todo cuando ha tenido que salir a la pizarra a resolver problemas. Se ha defendido bien, pero le ha faltado ser un poco más incisivo. Tiene usted que seguir apretando para que el 6 de este año sea un notable o un sobresaliente el que viene.


Bueno, con esto terminamos con las notas pero, antes de que os vayáis, quiero dar mi reconocimiento a los alumnos de párvulos, González, Smits y Moungoro que os han ayudado durante este año y han demostrado que en este colegio hay futuro.


Felices vacaciones, ¡y nos vemos el año que viene!


Con la lógica algarabía, los chicos metieron sus libros en las carteras y se despidieron de don Luis, que tenía que ir al despacho de don Ferrán para hablar de su futuro.


El aula quedó vacía, al menos por unos meses. Los que esperamos seguir contando.