4 razones por las que el Bizkaia Bilbao es uno de los (sorpresivos) semifinalistas ACB

La gran sorpresa de los cuartos de esta ACB ha sido la victoria del Bizkaia Bilbao sobre el Power Electronics. Nadie daba un duro por el equipo de Fotsis Katsikaris en la eliminatoria que le enfrentaba al Power Electronics (mejor equipo de la segunda vuelta y ‘acariciador’ de la Final Four’). Pero las presunciones están para ignorarlas si uno cree en sí mismo. El Bilbao ha ganado (2-0, este domingo, en casa, por 79-75) gracias a su intensidad defensiva, su poderío en la posición de 3 y dentro de la pintura y una mejor gestión de las emociones cuando la exigencia competitiva de la liga ha subido de temperatura.

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4 razones por las que el Bizkaia Bilbao es uno de los (sorpresivos) semifinalistas ACB

Pedro Fernaud

23.mayo.2011

El trabajo de Axel Hervelle ha sido uno de los motivos principales por los que el Bizkaia Bilbao está en semifinales de esta ACB. Fuente de foto: ara.cat

1-Por su enorme corazón, traducido en una formidable defensa.

“Donde no te lleva el cuerpo, te lleva el corazón”. La frase es de Fotsis Katsikarios, el técnico griego del cuadro bilbaíno y explica perfectamente el porqué de la mayor intensidad defensiva de los vascos, que se concretó en una cifra en el global de la eliminatoria que habla por sí sola: 45 pérdidas de balón de los valencianos (por 24 de los del BB).

2.-Por sus altos porcentajes de tiros de 2 (consecuencia de su inspirado juego interior).

57% en el primer partido y 60 en el segundo. El baloncesto es más sencillo si cumples un precepto fundamental: tira lo más cerca posible del aro, hazle llegar la pelotita a tus rascacielos.

Las torres vascas se turnaron en su idilio con la excelencia. En el primer partido, sobresalieron Mavorieidis y Hernández Sonseca (ambos con 12 puntos, ocho rebotes para el griego y cuatro para el español).

En el segundo ‘talentoso’ Banic (y sobrevigilado por los taronjas) sumó 9 puntos, mientras que Hervelle fue el hombre del partido con 21 de valoración (12 puntos, 9 rebotes, 5 recuperaciones), la más alta de todos los jugadores en liza. Este tipo tiene un corazón que no le cabe en el pecho; y así le va: empujando a lo más alto de los torneos a los equipos con los que compite.

3-El peso de las expectativas del Power y su falta de serenidad para jugar los momentos clave.

Lo reconoció el propio Svetislav Pesic al finalizar el encuentro; “los árbitros no han estado inspirados, pero hemos caído como consecuencia de nuestros propios errores, perdiendo 24 balones es muy difícil ganar un partido”.

Es el problema de no competir con serenidad y paciencia. Quizá porque los jugadores del PW se creyeron demasiado la lluvia de halagos que le ofrecieron los medios en la previa o tal vez porque se autopresionaron en demasía, el caso es que jugaron bloqueados en el primer choque y pasados de revoluciones en el segundo.

4-La clara superioridad del dueto de aleros vascos (Mumbrú-Vasieliadis) frente al trío en esa misma posición de los toronja (Claver-Richardson-Navarro).

Este apartado merece el patrocinio de un detergente: “no hay color”si evaluamos las flotas de 3 entre ambos equipos. Los números son elocuentes; la pareja formada por Mumbrú y Vasiliadis ha sumado 41 puntos en el global de esta eliminatoria, adobados con 12 rebotes, 11 asistencias y 4 robos, para un total de 38 de valoración conjunta.

Por su parte, el trío conformado por Claver, Richardson y Navarro sumó 8 puntos, 3 rebotes, 2 asistencias y 4 recuperaciones, para un total de -4 (piensen en las faltas, pérdidas y tiros fallados, que no consignamos aquí porque no se trata de que los jugadores vayan a buscarnos a nuestros domicilios…).

Antes al contrario, antes que cebarnos con los fríos datos, preferimos interpretar: Claver salía de una lesión y todavía necesita rodaje. Richardson no tuvo su día ni el viernes ni el domingo. Y un pistolero de la larga distancia que no tiene puntería es como un Superman sin un Lex Luthor; pierde la razón de ser…Para Navarro, hombre de intangibles, eran sus primeros play off y cumplió en el poco tiempo que estuvo en pista.

Por su parte, Vasieliadis compuso una oda a la productividad (26 puntos en 35 minutos disputados en estos cuartos) y Alex Mumbrú demostró su habilidad para liderar el estado de competitividad de su equipo a través de los intangibles y un notable conocimiento del juego.

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