La última jornada del curso regular en la ACB nos dejó indicios de la mejor emoción con vistas a los play off que despegan esta semana. Para empezar, el líder del tramo ‘todos contra todos’, el Regal Barcelona, sumó su tercera derrota en casa (antes había caído con CAI y Bilbao) ante un Unicaja (79-84), que jugó con la sobrexcitación que da la lucha por la supervivencia. Con independencia de lo que hiciera el Blancos de Rueda (que al final naufragó con nitidez en casa del Cajasol, con un superlativo Paul Davis), los malacitanos sabían que dependían de sí mismos y a fe que hicieron valer su clase e intensidad defensiva en el Palau Blaugrana. Mención especial para los 20 puntos de Gerald Ficht y el partido notable de Freeland y Berni (ambos con quince de valoración).

Lo hemos dicho en otras ocasiones. Desde el principio, Fiebre Baloncesto fue concebida como un espacio de debate y reflexión, donde cupieran todas las opiniones. Con independencia de que estemos o no de acuerdo con la opinión de nuestros colaboradores, nos encanta que éstos expresen libremente sus pareceres y enriquezcan el debate sobre nuestro deporte. Es lo que hace en este artículo, Daniel Molina, merengue irredento, que deja poco títere con cabeza en su acerado análisis de la realidad del Real Madrid (que ha escrito tras la floja actuación del equipo de las ocho Copas de Europa en la pasada Final Tour). Ahora toca saber si su análisis cobra (o no) nuevas dimensiones en el terreno doméstico, ahora que el equipo blanco se dispone a jugarse las habichuelas por el título liguero junto a los otros siete equipos más destacados de la ACB.

El jugador revelación de esta temporada en la liga ACB comenzó a jugar al baloncesto cuando contaba 18 años. Hasta entonces, el señor Ayón había dedicado sus trazos longilineos al mundo del voleibol en su Méjico natal. A partir de ahí, emprendió una trayectoria llena de vértigo, trabajo y una facilidad fuera de lo común para rendir en el mundo de la canasta. Hasta el punto de que en su primera temporada como miembro de pleno derecho de nuestra liga ha sido capaz de acumular unos números que fascinan: ocupa el tercer lugar en el ránking de valoración media de la liga, con un promedio de 15,3, sólo superado por Caner-Medley y San Emeterio.

El baloncesto es algo más que un juego. Es una manera de manejarse en la vida con valores y mejores expectativas vitales. También un espectáculo que entretiene y cautiva. Pero por encima de estas consideraciones, es una oportunidad para tejer comunidades más unidas, que disfrutan de un buen rato, mientras evolucionan como colectivo en base al esfuerzo diario. Perfecto reflejo de esa realidad es el Baloncesto Fuenlabrada, segundo presupuesto más bajo de la liga y séptimo clasificado de la ACB cuando sólo resta una jornada para que la liga regular eche el cierre. Antonio ‘Tonino’ Romero, es historia viva del club del sur de Madrid y entona su particular balada alegre de trompeta para desvelarnos algunos de los actores menos conocidos del Fuenla, trabajadores que con su dedicación también han sido parte esencial del ‘milagro’ del club madrileño.

Fiebre Baloncesto ‘se moja’ en su afán por espigar lo mejor de este fin de semana de excelencia. He aquí nuestro quinteto ideal de determinantes: ‘MVP Diamantidis”, “Rifle Nicholas’, ‘McQueen Eidson’, ‘Maquiavélico Batiste’ y ‘Vulnerable Big Sofo’. Nos encantará conocer tu quinteto favorito de estos días a través de las redes sociales…

La final de la Euroliga estuvo a la altura de las expectativas y deparó un sofisticado ejercicio de estrategia, firmado por Zejko Obradovic, que ya suma ocho Copas de Europa, el mismo número de triunfos que el Real Madrid, el equipo con más triunfos en la competición más importante que se disputa allende la NBA. El Panathinaikos ganó al Maccabi (70-78) porque moduló con más recursos y más inteligencia el talento de sus jugadores. El choque despegó con un emotivo intercambio de golpes.

Todavía recuerdo (el aprendizaje es selectivo) jugadores en blanco en negro que sometían al imperio soviético en su infinita variedad de naciones y atletas gigantes fanatizados en el arte de meter la pelotita por el agujero. La pelotita. Tipos medio desgarbados como Emiliano que bailaban debajo de la luna, con una secuencia parecida a la de esa adolescente que levita sobre la pista, para embocar canastas a cholón e inyectar alegría a unas almas entumecidas por la dictadura.

La Final Four es un atractivo formato que, por un lado premia la excelencia de toda una temporada, y por otro incentiva la emoción y el dramatismo consustanciales a un deporte como el baloncesto. Este año, el gran favorito es el Panathinaikos, por su increíble palmarés reciente (ganó la Euroliga en 

1996, 2000, 2002, 2007 y 2009) y porque tiene a un estratega consumado como Zelko Obradovic en la dirección, una buena defensa y a quizá el jugador más talentoso de la competición, Dimitris Diamantidis. Claro que si hablamos de títulos, el Maccabi no tiene nada que envidiar al Panathinaikos (5 Copas de Europa) y también ofrece algún jugón de categoría, como Big Sofo. La gran incógnita de esta competición es el Montepaschi Siena, una montaña rusa de equipo, capaz de lo mejor y lo peor, con un par de ex madridistas, Kaukenas y Jaric como referntes sólidos, y una defensa que practica algo muy cercano al karate press (permisividad arbitral mediante). Hemos dejado para el final a nuestro representante ACB, el Real Madrid, poseedor de 8 Copas de Europa, leyenda viva de este deporte en formato FIBA, que acude a la cita con una plantilla joven y talentosa, que tiene mucho que ganar y poco que perder en un envite que nos desgrana con maestría y concisión Carlos Sánchez Blas. 

El baloncesto es un deporte que, más allá de estadísticas, funciona gracias a los intangibles. Todos esos pequeños detalles que no se ven y que hacen competitivo a un equipo. Rosa Vara de Rey es nuestra especialista en intangibles. Atenta y simpática, licenciada en inteligencia emocional, nuestra redactora está habituada a seguir a los profesionales blancos. Trabaja con ellos y los conoce de cerca. Por eso no ha tenido ningún problema en desvelarnos, con encanto y sutileza, un poco más cómo está configurada la plantilla blanca y en explicarnos cuáles son las principales virtudes de un plantel que, si nos atenemos a sus observaciones, derrocha calidad humana. Un motivo más para desear lo mejor a nuestro representante ACB en la cita más importante del baloncesto continental, que se disputa este fin de semana en Barcelona.