2011 MULTIORGÁSMICO

El baloncesto tiene algo de sabio. Y de agradecido. Si había alguien de la Fiebre atmósfera que merecía estar relatando las hazañas de nuestra selección este verano, ése era-es Carlos Sánchez Blas. Charlie para los colegas de toda la vida. El niño que soñaba con pelotas naranjas cuando apenas llegaba a los 140 centímetros (hoy campea cómodo en los 186), creció, fortaleció su espírir¡tu y encontró la alquimia de la narración radiofónica: pasión, equilibrio, ritmo, inventiva y… Entrega. Los oyentes de Onda Madrid disfrutaron un grado más de la épica del oro lituano gracias a su inefable habilidad para transmitir el aura de Navarro, los Gasol, Calderón, Felipe o Ibaka, por mencionar sólo a los más sagrados. Ahora que el 2011 echa el telón, Charlie se pone la casa Fiebre y pone palabras a unas sensaciones con aroma de felicidad. 

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2011 MULTIORGÁSMICO

Carlos Sánchez Blas

31.diciembre.2011

Navarro y Pau, Pau y Navarro, el binomio de oro del baloncesto español volvió a ser crucial para bañar el nombre de nuestra selección en leyenda durante este verano con raíces lituanas. Fuente de foto: fiba.com

Se va 2011. El año en el que el basket español se emborrachó otra vez de gloria. Amanece 2012. El año en el que España puede lograr la mayor gesta de su historia. Soy muy mitómano. No tanto con personas o con cosas tangibles, sino con hechos. Y el pasado 18 de septiembre aconteció un hecho maravilloso, mágico, bello, inapelable, histórico, emotivo, glorioso. Campeones de Europa. Otra vez.

Conservo en la memoria imágenes y momentos imborrables de aquel domingo inolvidable en Kaunas. La piel “de gallina” con el himno español (como siempre), una melodía que cala en la piel más aún cuando estás lejos de casa. Las lágrimas incontenibles de la madre de Felipe Reyes, bandera en mano con una leyenda en recuerdo del “papá Reyes”, que a la postre fue el mejor 6º hombre del equipo nacional. La penúltima exhibición del “dios” Navarro (incluso cuando se retire siempre será la penúltima). La felicidad inefable de Calderón, sacándose el “espinón” de no haber compartido el éxito con sus colegas en años precedentes. La emoción incontenible del “Monarca” alzando el trofeo al cielo lituano, al cielo que ya había acogido a su padre Alfonso. El orgullo y euforia de los periodistas españoles, observados con envidia por el resto de compañeros de la prensa internacional, que lo único que pensaban es “qué buenos son estos tíos”. No es fácil ganar, pero es casi imposible repetir éxito. Así lo indica la historia del deporte. Nosotros la “reventamos” a base de canastas y compromiso.

Hace un par de días me senté delante de la televisión para disfrutar de esa obra maestra llamada “Informe Robinson”. “Donde todo empezó”, programa dedicado a los Juegos Olímpicos Barcelona 1992. Sí, los del “Angolazo”. Los del único e irrepetible “Dream Team”. Hace 20 años la Selección Española de Baloncesto “palmó” por 41 puntos contra Estados Unidos. “Ganar a esta gente es imposible, a pesar de la paliza en el marcador hemos disfrutado”. Son palabras de Epi, una leyenda de la cesta. Hoy en día, eso es impensable. Nos respetan, nos temen. Saben que tienen que jugar a tope para derrotar a España. Londres 2012 se presenta como la gran oportunidad de girar la historia, de escribir una página del libro del deporte con renglones ”navarrescos, gasolescos y calderonianos”. Eso no tendría precio. Sería un hito “top” en el deporte mundial. Sólo con soñarlo se me eriza el vello. 11 de agosto. O2 Arena de Londres. La Gloria nos espera.

“Es el día más feliz de mi vida”. Frase de Serge Ibaka a altas horas de la madrugada sentado junto a una de las puertas de embarque del aeropuerto de Kaunas. Desde Brazzaville aterrizó “Air Congo” para poner una “boina” tras otra en las alturas de Lituania. Era su cumpleaños. Su mejor regalo fue la medalla que más brilla. Hazaña inolvidable del baloncesto nacional. Son los mejores. Somos los mejores. Gozadlo. Los echaremos de menos. Los multiorgasmos nunca duran toda la vida. Feliz baloncesto en 2012, “fiebremaníacos”.

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