Velimir Parasovic: 24 horas de afinación del mejor baloncesto

blogs-icono

Después de acercarnos a la figura de Tonino, toca hablar de sus preferidos. Inaugura la lista Velimir Persovic, un maestro en la cancha y un tipo singular fuera de ella, definido por su extraordinaria calidad humana. Tonino Romero, utillero del Fuenla, retrata con sabor, humor y nostalgia al mito croata.

***

Velimir Parasovic: 24 horas de afinación del mejor baloncesto

Tonino Romero

20.marzo.2011

110320_perasovic

Velimir Perasovic fue toda una institución en el Baloncesto Fuenlabarada. Fuente de foto: baloncestoyugoslavo.com


En la primera entrega del blog que lleva mi nombre os quiero hablar de un personaje que me marcó bastante en mis comienzos en este mundo del baloncesto: el señor Velimir Perasovic, gran jugador y mejor persona en el trato diario.

Velimir tenía una enfermedad llamada baloncesto, una pasión obsesión que le hacia estar pensando las 24 horas en clave de basket. Cuando pienso en él, siempre tengo presente una frase alumbrada en su día por el ingenioso Andrés Montes (q.e.p.d): «No digan baloncesto, digan Perasovic». 

No voy decir cómo era dentro de la cancha Perasovic, no hablaré de su excelsa mecánica de tiro ni de su asombrosa facilidad para anotar o la forma tan ‘pilla’ que tenía de sacar ventajas en los bloqueos. Para eso están los vídeos y (aún más afinada) la memoria de los buenos aficionados de toda la vida. Simplemente, para que os hagáis una idea, aquí os dejo un vídeo que he encontrado de la final de la liga Yugoslava de 1988, cuando ‘Peras’ era todavía un ‘lampiño’ especialista de tiro que llenaba de profundidad y acierto eljuego de la Yugoplastika. Es una pequeña muestra de su enorme talento.

 

El caso es que todo el mundo que le vimos jugar le admirábamos, sobre eso no hay discusión. Pero me apetece aprovechar este hueco que me ceden mis amigos de Fiebre para dejaros algunas pinceladas de cómo era este prodigio croata fuera de la cancha. Ahí sí puedo hablar con conocimiento de causa porque tuve el honor de compartir cinco años de vestuario con él.

Recuerdo por ejemplo los uno contra uno que jugaba con él. Eso sí, con una ‘pequeña’ ventaja a mi favor: él jugaba con la mano derecha (que era la buena suya) metida en el bolsillo, de tal modo que sólo podía botar con la mano izquierda. Asimismo, me pedía por favor que le diera muchas ‘ostias’ porque era lo que hacían los demás jugadores con él para intentar pararle. Con detalles como éste ‘uno para uno’, se forjó entre los dos una sólida amistad, regada de infinidad de anécdotas.

Para que os hagáis una idea de su pasión por este deporte, después de los partidos me llamaba parar ir a tirar y después jugábamos una pachanga él y un amigo suyo croata contra mi y los objetores (que éramos cuatro). Al que perdía, le tocaba pagar la merienda…

Otras de las anécdotas que ilustran su carácter terriblemente ganador se ubica en un año en el que perdimos diez partido seguidos. Imaginaros la el panorama, la situación deportiva era dramática. Y, en esa dinámica, al tío le daba por entrar en el vestuario con esta consigna «Dios no nos quiere», jejeje…Así era él, a medio camino entre la lucidez, una colosal autoexigencia y…También el humor, claro.

Era un gran competidor y no le gustaba un pelo perder. Como él solía decir: “Me cabreo cuando mi hijo me gana a cualquier cosa, siempre quiero ganar”. Por no mencionar esa otra gran frase que siempre decía al empezar el entrenamiento: «!Vamos ostias! Si antes empezamos, antes acabamos». Son detalles y expresiones que demostraban que era un puro nervio y un gran amante al café y la coca cola.

He querido iniciar mi singladura en este blog hablando de Velimir Perasovic porque para mi es un amigo y le tengo un gran cariño y admiración. Por eso Velimir siempre estará en mi corazón y en el del Baloncesto Fuenlabrada y demás amantes de este increíble deporte. Te queremos, Velimir.


*No olvides puntuar este post (en la cabecera). Nos será de gran ayuda tu opinión. Gracias 🙂