Poner ojitos a la más deseada

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11.50 de la mañana de un domingo del mes de febrero, ese que este año se ha puesto farruco con nuestras gargantas. Suena el despertador. ‘Eterno adolescente’ manotea a duras penas el aparato, todavía anda sumergido en la neblina de la juerga de anoche. Pero algo dentro de él le impulsa a levantarse (bonito homenaje a los cuadrúpedos) hasta el cuarto de baño, donde recupera unos gramos de la vitalidad de su juerguista tupé y sale, cual gato, rumbo al Palacio de los Deportes. En otro punto, más al sur de la ciudad, ‘Yugoslavo Motero’ termina sus tostadas con tomate y aceite (no se componen odas al cuerpo saludable por casualidad) y se enfunda los guantes para domar su caballo de 500 cc hasta la Plaza de Dalí. Entretanto, al lado de la despechada Caja Mágica (no es fácil asumir que estás en la sala de espera de la gran vida cuando tienes trazas de Megan Fox de los pabellones grandes) ‘Papá Seductor’ se despide de la familia con la alegría de saber que tiene dos horas solo para sí, como cuando conquistaba mundos con días de 18 horas ‘on fire’.

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Poner ojitos a la más deseada

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Pedro Fernaud

13.junio.2012

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Tres amigos Fiebre, posando junto a la Copa de Campeones de esta Liga ACB. Adivina, adivinanza, ¿quién es quién en el relato?


11.50 de la mañana de un domingo del mes de febrero, ese que este año se ha puesto farruco con nuestras gargantas. Suena el despertador. ‘Eterno adolescente’ manotea a duras penas el aparato, todavía anda sumergido en la neblina de la juerga de anoche. Pero algo dentro de él le impulsa a levantarse (bonito homenaje a los cuadrúpedos) hasta el cuarto de baño, donde recupera unos gramos de la vitalidad de su juerguista tupé y sale, cual gato, rumbo al Palacio de los Deportes. En otro punto, más al sur de la ciudad, ‘Yugoslavo Motero’ termina sus tostadas con tomate y aceite (no se componen odas al cuerpo saludable por casualidad) y se enfunda los guantes para domar su caballo de 500 cc hasta la Plaza de Dalí. Entretanto, al lado de la despechada Caja Mágica (no es fácil asumir que estás en la sala de espera de la gran vida cuando tienes trazas de Megan Fox de los pabellones grandes) ‘Papá Seductor’ se despide de la familia con la alegría de saber que tiene dos horas solo para sí, como cuando conquistaba mundos con días de 18 horas ‘on fire’. 

Es la cuarto temporada en la que estos tres amigos comparten su pasión por el baloncesto como abonados del Madrid. El baloncesto, dice uno de ellos, tiene algunos gramos de pureza, de inocencia, que no te ofrece otros deportes. Lo dice por experiencia. Ha visto a mujeres que odiaban los deportes pasar un buen rato viendo un partido de estos gigantes. También ha presenciado como padres e hijos del equipo rival iban ataviados con las ropas del adversario sin que recibieran ningún reproche o insulto, todo lo más alguna broma amable. 

Eso sí, a nadie le gusta filmar el aburrimiento. Y esa era la impresión que les quedaba de los anteriores cursos, cuando el condecorado Messina guiaba la nave blanca. De aquella época, quedaron un puñado majo de bromas que hacían más digeribles la travesía por el aburrimiento. También algunos apodos poco correctos, como ‘PaqueTucker’ para expresar la frustración que les generaban algunos jugadores sobrepasados por las expectativas ‘Rockefeller’ del equipo más laureado extramuros de la NBA.

Pero todo eso ha cambiado esta temporada, como en un hechizo a cámara lenta. Al igual que sucede en las buenas historias, hubo un momento en que el equipo volvía a chocarse contra las limitaciones de su carácter, tras un comienzo prometedor. Eso es lo que sintieron cuando el equipo quedó aparcado de la Euroliga por ‘Bestia Negra a Dominicilio’ Bilbao. Pero, como en las vidas más plenas, el equipo de Pablo Laso necesitaba una adversidad modelo Rockefeller para sacar lo mejor de su repertorio. Lo vimos en la Copa. Lo comprobamos en semifinales en el cuarto partido ante el Caja Laboral. Y lo estamos corroborando en esta final, después de la genialidad inicial de Marcelinho, que hubiera incendiado la confianza de 96 de cada 100 equipos. 

Pero el Madrid de este año tiene algo. ‘Eterno Adolescente’ dice que es el talento. ‘Yugoslavo Motero’ afirma que es la confianza. Mientras que ‘Papá Seductor’ considera que es el carácter, una suma de vivencias, determinación y facilidades que cristalizan cuando encuentras al maestro (un brindis por el anti-héroe Laso) que sabe ensamblar las piezas para que cada miembro de la tribu exprese lo mejor de su repertorio. Por eso, cuando este lunes mis tres amigos se cruzaron con la Copa, no dudaron en ponerle ojitos. Ésta, ruborizada, accedió a su petición de foto. Y ellos, no lo pudieron evitar, pusieron sonrisa de ganador. Con la íntima convicción de que, pase lo que pase en este-estos partidos, ellos ya han ganado su Copa de Campeones. Un título con nombre de Amistad, de Irreverencia, también de Ba-lon-ces-to.




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