Montando la cocina

Parafraseando la presentación web de su nuevo patrocinador, “Montakit Fuenlabrada nace en la temporada 2014/2015 con el objeto de poner a disposición del aficionado todo tipo de componentes relacionados con el mundo de la emoción y el compromiso, marcando la diferencia en el sector del equipo de baloncesto en ACB, en particular en la zona caliente”.

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Montando la cocina

Theobald Philips

2.octubre.2014

Foto de portada: Lydia Calvo / Fuenlafreak.com. Fuenlabrada, montando la cocina

 

Se avecina un nuevo curso baloncestístico, que decía el clásico y, tras el aprobado raspado conseguido en el recién terminado, toca echar un vistazo a ver si el Baloncesto Fuenlabrada ha estado o no haciendo los Cuadernos de Vacaciones que (muy humildemente) le recomendamos.

 

Lo primero que llama la atención es que, a diferencia de lo ocurrido durante el verano de 2013, nadie está por esos foros virtuales de Dios inundándome el timeline con elogios, dimes y diretes acerca de lo bien que pinta el equipo naranja, y de las posibilidades que tiene de dar una campanada reverdeciendo no tan viejos laureles; no ha habido el efecto gaseosa que supuso la llegada de jugadores contrastados como Panko, Cabezas, Paunic o Montañez, que luego fue perdiendo gas en el parquet. Es cierto, la impresión general es como si la actividad veraniega apenas hubiera existido aunque, haciendo un recuento, vemos que ha habido hasta siete incorporaciones y un fichaje de repetición (la ida y venida de Andy). Sin euforias, parece que este año los despachos de la calle Grecia han decidido, en homenaje al espíritu de Montakit, su recién ascendido a patrocinador principal, componer un equipo de bricolaje que le sirva para apañar la faena diaria, cubriendo los agujeros y averías que se le hubieran podido ir abriendo en la obra con soluciones imaginativas y a bajo coste.

 

Para empezar el análisis tenemos que destacar la continuidad de Luis Casimiro, que por fin va a tener otra vez la posibilidad de armar un proyecto desde el inicio, cambiando el puesto de bombero que las circunstancias le habían impuesto durante los últimos años por el de aparejador de esta obra. Una obra en la que la media de antigüedad de los obreros apenas supera los dos años, estadística que además está desfigurada por la contabilización de la estancia en cantera de los Vega, Smits y Diagné, y la temporada en la prehistoria que hizo Andrés Miso. No obstante, el manchego tiene una trayectoria contrastada, conoce el club, es del gusto de la grada y sabe diseñar sus equipos haciendo que el todo sea superior a la suma de las partes, dotándoles de la suficiente consistencia como para, sin olvidar el entretenimiento, no perder el norte que marca la realidad: pelear por conseguir la permanencia cuanto antes, que para soñar ya habrá tiempo. Esperemos que la suerte se alíe con los conocimientos y, por fin, acabe el baile que con demasiada frecuencia está puliendo el banquillo fuenlabreño.

 

Foto: Lydia Calvo / Fuenlafreak.com

Foto: Lydia Calvo / Fuenlafreak.com

Dani Pérez, cocinero antes que base

 

En el puesto de base, la marcha de un veterano con galones como Cabezas ha abierto hueco al crecimiento de Dani Pérez, que ya el año pasado fue capaz de cubrir las lagunas de depresión que, a mitad de temporada, mostró el marbellí. Para ayudarle, se ha traído cedido también de tierras malagueñas a Alberto Díaz, un tipo que si en Liga Endesa llega a ser la mitad de descarado de lo que muestra en la selección española, a buen seguro va a hacer sonar los bombos con fuerza. Una línea de dirección joven, agresiva, con puntos en sus manos y cuya única posible tara sería la inexperiencia. Sin embargo, esa tara está cubierta por los dos fichajes multiusos que se han hecho al 2, que compensan con veteranía y conocimiento lo que pueda faltar en el DNI de los bases.

 

Por un lado Andrés Miso vuelve a casa, combinando el mejor control y conocimiento del juego adquirido desde que estuvo en el Fernando Martín (baste ver el año pasado en el vecino Estudiantes) con su ya conocida capacidad anotadora. Por otro, un auténtico hoplita ateniense, de los que junta el escudo a los de sus compañeros para hacer la falange más resistente: Papamakarios, el hombre por encima de los números que, además de su papel intangible en el juego va a tener el que en estos últimos años tuvieron Laviña o Jon, y que se quiso que tuviera Montañez. Claramente, Manos es candidato número uno a heredar el mote de “working class hero” que tan afanosamente se ganó Marcus Arnold esta temporada. Es una lástima que, en un extraño desencuentro de dos que supuestamente querían encontrarse, Álvaro Muñoz no haya tenido un sitio en esta nómina.

 

Foto: Lydia Calvo / Fuenlafreak.com

Foto: Lydia Calvo / Fuenlafreak.com

Jimmy Baron, enemigo a las puertas

 

Feldeine creció y se fue, y para sustituirle se ha traído el Fuenlabrada a un jugador muy distinto pero igualmente letal. El Búho Baron, un tirador de los clásicos, quizá no vaya a ofrecernos los uno contra uno del dominicano, pero sin duda va a ser un abrelatas importante para un equipo que, como ya va empezando a ser tradición, va a jugar desde fuera hacia adentro. El aval principal de Jimmy, además de su calidad (que le llevó a casi-fichar por el Madrid el año pasado), es sin duda la superestrella de este equipo, el que fue y se quedó durante el estío. Andy Panko, sinónimo de trabajo, lujo y calidad para todos los que nos gusta el baloncesto, volverá a ser el puntal sureño, aún más importante si cabe una vez que, con la marcha de Feldeine y del acaparador Paunic, se han despejado las leves dudas sobre jerarquía que sufrió en los primeros partidos de Casimiro.

 

Y así, gradualmente, hemos pasado del 1 al 3, donde jugará (y nos gusta que juegue) el de Harrisburg, y de igual subrepticia forma encontramos a otros que diluyen entre el 3 y el 4 sus canteranos talentos. El primero es Javi Vega, el capitán, que tras un año algo más oscuro tiene que volver por los fueros de hace dos temporadas, encontrando de nuevo el aro ajeno además de entregarse en el propio; y, el segundo, Smits, definitivamente subido al primer equipo tras el temporadón con el Fundación y un verano de ensueño con su equipo nacional, la esperanza letona que debe hacer cristalizar el sueño de equipo de cantera que otros de sus compañeros (Chema, Mejeris, Jorge Sanz) están trabajando con las cesiones. Sin presiones, pero parece llegado el tiempo de la “Chanson de Rolands”.

 

Foto: Lydia Calvo / Fuenlafreak.com

Foto: Lydia Calvo / Fuenlafreak.com

Clark…¡en la pintura!

 

En el 5 por tamaño, pero en el 4 (y casi 3) por posición, tenemos al nuevo exponente del efecto escaparate que Fuenlabrada ofrece como compensación a su exiguo presupuesto: Daniel Clark. El único pívot con más alergia a la pintura que Jorge Garbajosa, da al Fuenlabrada unas cantidades de experiencia, presencia, calidad y tiro exterior que no suelen estar al alcance de los equipos de la zona baja. Solo resta despejar la incógnita de su estado físico pero, a poco que la salud y la suerte le acompañe, será una pieza clave. En sus británicas manos queda aprovechar la oportunidad de reivindicarse.

 

Y, ya en la pintura, encontramos a la otra perla de la cantera. La perla negra, la sonrisa que tapona, un Moussa Diagné que este año tiene que coger galones, pues en esta estructura de equipo ya no es la anécdota, el que salgan los chavales. Ha de dar un paso adelante y demostrar que todo lo que se ha visto en este tiempo de atrás no era un espejismo, sino una realidad. Para su tranquilidad, las espaldas las tiene cubiertas por otro africano, Akindele, un pívot que causó buena impresión en su leve paso por el Gran Canaria y que promete añadir a su envergadura y complexión física un carácter nada caribeño (ay, Eloy, Eloy…). Más experiencia, e igual poder taponador, a un tipo que dice “si te gusta la defensa tienes sitio seguro” lo quiero en mi equipo. El reto y duda respecto a estos interiores será ver si son capaces de, en cierta forma, absorber algo de juego al poste y recabar una atención que aligere las defensas de lo exteriores; un dilema en la zona que recuerda vagamente al que, dentro de esta misma Comunidad de Madrid, existe en otras zonas…

 

En general, la impresión es que Montakit Fuenlabrada ha amueblado su cocina con lógica y ajustándose al presupuesto (incluyendo a Spires, inicialmente en la plantilla del filial), quizá con menos luz en los focos, pero con unos muebles sólidos que le permitan cocinar cómodamente el plato principal del día, estofado de permanencia. Y quién sabe si, a la chita callando, algún dulce postre…