Manchester, los prejuicios y una …

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Sergi Bosch Gabarró sigue cumpliendo hitos en el mundo del baloncesto de formación de élite. A finales del pasado mes de diciembre estuvo con su equipo, el Club Bàsquet Cornellà, en Manchester para disputar un apasionante torneo contra algunos de los equipos punteros de Inglaterra, Alemania y Luxemburgo. Despierto como es, Sergi no perdió comba de ningún detalle y ha decidido plasmar sus impresiones en un relato cargado de honestidad, sutileza y montañas de vivencias. Las protagonizadas por un grupo de chavales que están viviendo el baloncesto en sus etapas más sofisticadas y gratificantes.

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Manchester, los prejuicios y una buena suma de sueños y esfuerzo

Sergi Bosch Gabarró

2.febrero.2012

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Nacho Llovet, referente del baloncesto de formación de nuestro país, está pegando un estirón en su juego ACB; a buen seguro que el jugador del Fiat Joventut sonríe de (temprana) nostalgia al leer las impresiones de Sergi Bosch Fuente de foto: ACB photo


Por fin había llegado el momento, eran las 10 de la mañana y todo estaba listo para el despegue del avión con dirección al aeropuerto de Manchester. El vuelo fue plácido, la mayoría intentamos dormir, pero las ganas de llegar (y la estrechura entre asientos, hay que decirlo todo) nos mantuvieron despiertos. La aventura inglesa del equipo Júnior del Club Bàsquet Cornellà (Catalunya) había empezado.

El motivo del viaje era disputar el Memorial Haris Charalambous de los días 27, 28 y 29 de diciembre, en el Amaechi Basketball Centre (Manchester). Además de los equipos locales (Magic Manchester U16 y U18), tuvimos la oportunidad de jugar contra equipos de toda Europa, como la selección de Luxemburgo U18, la selección inglesa U16, la selección de Escocia U18, el Solent y el Breitengüßbach alemán. Como os podéis imaginar, iba a ser una experiencia única e inolvidable.

No había tiempo que perder. Al aterrizar, la organización ya nos había preparado un bus para llevarnos al hotel, hacer el check-in rápidamente, y de esta manera habría tiempo suficiente para hacer una sesión de tiro antes de comer, y así tener una primera presa de contacto con la pista de juego. El primer día fue frenético, llegamos a las 12 a.m., entrenamos a la 1 p.m., comimos a las 4 p.m. y a las 6 p.m. disputábamos el primer partido. Era contra el equipo local (Magic U16), y la verdad, para nada, fue un partido fácil. Además, si al hecho del cansancio acumulado le sumamos el empeño que le pusieron los locales para dar una buena imagen, damos con un partido al que, aun el abultado resultado final (53-103), no debemos restarle mérito.

Había sido un día largo, y por la noche nos quedaban pocas fuerzas. Cenamos en el hotel, donde tuvimos el primer contacto con los demás equipos, y luego nos fuimos para las habitaciones.

La mañana siguiente tuvimos que madrugar, ya que a las 11h jugábamos el primer partido del día y antes teníamos que desayunar. El partido de la mañana era contra el Solent, un equipo inglés al que superamos por 67-50. Después de esta victoria estábamos matemáticamente clasificados para las semifinales, pero el partido de la tarde decidiría nuestro rival.

La selección luxemburguesa, también clasificada, era el último obstáculo antes de las semifinales. Físicamente era un equipo potente, con interiores grandes, y con exteriores talentosos. Fue un partido muy disputado hasta la media parte (32-18), en la que las defensas fueron lo más destacado. Pero a medida que avanzaba el tercer período y al ver que la diferencia en el marcador se mantenía, los luxemburgueses bajaron los brazos pensando ya en el partido de semifinales de la mañana siguiente. El marcador final fue de CB Cornellà 68-Selección de Luxemburgo U18 39.

De momento ya habíamos alcanzado las semifinales. Como primeros de grupo y con un juego correcto. Aquella noche después de cenar, no podía faltar la típica partida de póquer con el equipo, siempre presente en los viajes. De todos modos, nos fuimos temprano a la cama conscientes que el día siguiente sería duro. En las semifinales nos enfrentaríamos contra el equipo local (Magic Manchester U18).

Llegó el momento, ya estábamos sobre el parqué y todo estaba listo para empezar la semifinal. Por un lado estaban ellos, un equipo potentísimo físicamente, con un interior de referencia (2.10 m.) y, aun jugando con tan solo 7 u 8 jugadores, un muy buen juego exterior repleto de buenos tiradores. Y finalmente estábamos nosotros, un equipo compensado y que quería aspirar al campeonato.

 

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Las gradas del Memorial Haris Charalambous presentaron un ambiente de lo más saludable durante los días de competición, sinónimo de la pujanza de nuestro deporte en general y en Inglaterra en particular. Autor de la foto: Sergi Bosch Gabarró

Fue un partido muy intenso, nosotros tomamos la iniciativa, pero ellos persistían. Llegados al segundo cuarto, dieron la vuelta al partido. Las diferencias no superaron en ningún momento los 6 puntos, pero sus tiradores y su rebote ofensivo cortaban nuestros empujes. A medida que avanzaban los minutos la situación no cambiaba y llegamos al último período con el mismo panorama. El público estaba muy encima, la intensidad por ambos lados era máxima, pero una serie de sucesos en los últimos minutos decantaron la balanza a favor de los locales (Magic 68- Cornellà 59).

Acabábamos de ser eliminados, lo habíamos dado todo pero no tuvimos la pizca de suerte que quizá nos podría haber dado ese último empujoncito. Mientras el Magic Manchester jugaría la final contra el equipo alemán, nosotros disputaríamos, con un período de descanso, respecto el partido de semifinales, de tan sólo 2 horas, la final de consolación (3r y 4º puesto) contra la selección de Luxemburgo.

Sinceramente fue un partido muy espeso y gris. Las piernas pesaban demasiado, y a ellos les costó demasiado entrar en el partido, y cuando lo hicieron ya fue demasiado tarde. Finalmente, con un sabor agridulce, pudimos levantar el trofeo de terceros clasificados. Pienso que podemos estar satisfechos de la tarea que realizamos.

La final, entre el equipo local y el Breitengüßbach, fue muy entretenida. Finalmente los alemanes hicieron valer su superioridad física y se proclamaron campeones (64-56) del Memorial Haris Charalambous.

Finalizado el torneo, me gustaría destacar la grata sorpresa que me llevé con el nivel de los equipos. Si bien es cierto que los estilos de juego de los diferentes equipos eran distintos, todos, cada uno con su medida, resultaron ser de lo más efectivo. Antes del torneo pensaba, como muchos de mis compañeros, que el nivel del baloncesto europeo no sería ni mucho menos el que nos encontramos. Con esto quiero decir, que muchas veces pensamos que nuestro baloncesto es el mejor, sin tener en cuenta que en muchos otros países trabajan este deporte tanto o más que nosotros mismos.

Personalmente, el equipo que más me gustó fue el alemán. Una mezcla de potencia física, talento y carácter realmente admirable. Lástima que no pudimos enfrentarnos a ellos…

Por últimos decir que la experiencia fue de lo más enriquecedora, con una organización espléndida, y con un ambiente de basket que probablemente eche de menos.

 



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