La hora del Trueno

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Son el equipo de moda. Tienen al jugador más elegante y posiblemente al que ofrece el talento mejor destilado del momento, Kevin Durant, así como una serie de jugadores cuya destreza sigue subiendo grados en el termómetro de la excelencia. Son los Oklahoma Thunder, antiguos Sonics, un equipo para soñar con la imaginación abierta, por el compás con el que dibujan defensas hambrientas con maniobras sofisticadas en ataque. Nadie mejor que Juan Luis Barbero, nuestro especialista NBA, para explicarnos la singladura y encantos de este trueno azul que parece estar navegando en un momento de plenitud en plenas faldas de una montaña llamada éxito. 

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La hora del Trueno

Juan Luis Barbero

26.mayo.2012

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Durant & Westbrook, dos hombres y un destino: el anillo.Fuente: espn.com

 


Los Oklahoma City Thunder llevan años construyendo un proyecto modélico, objeto de estudio futuro para cualquier presidente de operaciones o general manager que se precie de serlo (también para ti Mike). El traslado a la ciudad de Oklahoma de los antiguos Seattle Supersonics (mítica franquicia, como olvidar aquel equipazo de Gary Payton, Shaw Kemp y George Karl) se aventuraba más farragoso, guiado por la luz del sophomore y ganador del premio al rookie del año Kevin Durant. La afición y pasión de la ciudad por el baloncesto ya había quedado demostrada en la breve estancia de los Hornets, forzada por la devastación del huracán Katrina, pero la triste realidad de los antiguos Sonics eran las 20 victorias logradas en la campaña 2007/2008, balance patético a todas luces.

Pues bien, transcurridas 3 temporadas el reloj no engaña. La pelota naranja ha hablado y, tras sucumbir el año pasado en las finales de oeste ante unos hambrientos Dallas Mavericks, ha llegado la hora del Trueno

Sam Presti ha puesto en manos de Scott Brooks un roster confeccionado con mucha inteligencia, repleto de talento joven en plena eclosión. En defensa es un equipo muy físico, pegajoso y con un juego interior pétreo. El dúo Ibaka-Perkins ya ha hundido en la miseria al poderoso juego interior de los Lakers, y por fuera Sefolosha ejerce de perro de presa para la estrella exterior rival. Pero es que además Durant ayuda mucho con su envergadura imposible (ya se encargó personalmente de Bryant en varios momentos de la serie anterior), y Westbrook y Harden agobian al base y escolta rival con sus manos rápidas, ideales para robar balones.

En fase ofensiva el equipo se entrega a sus jugadores perimetrales. Kevin Durant es virtualmente imparable: una broma de la naturaleza que, en su infinito sentido del humor, ha tenido a bien crear un tirador de 2,06 metros de altura, con una longitud de brazos más propia de un power-forward. Misión imposible tratar de taponar los certeros lanzamientos del chaval de los Thunder, puñales directos al corazón del enemigo.

Luego está su compinche, el base Russell Westbrook: una bestia física desde el puesto de point guard, velocísimo, enorme matador y aceptable tirador. Su importante ego y sus lagunas en la dirección son problemas menores en un tipo que forma con Durántula la mejor pareja anotadora de la liga. 

Si controlar al base y al alero supone una pesadilla para cualquier rival, sentado junto a Brooks al comienzo de los partidos encontramos la tercer cabeza de la hidra de Oklahoma. Hablamos del ganador del premio al mejor sexto hombre de la temporada, un barbudo con pinta de pasota que llegó a la liga con la etiqueta del nuevo Paul Pierce. Y a buena fe que James Harden no desmerece tamaño honor: anotador extraordinario, capaz de rebotear, pasar y robar balones al mejor nivel, Harden se encarga de que la fiesta no decaiga mientras los dos líderes descansan…para unirse a ellos en el cuarto decisivo.

Una escuadra muy compensada, con hambre y el toque de veteranía añadido tras la adquisición de Derek Fisher, un boina verde de los playoffs. La prueba final para los Thunder espera en el escalón anterior a la gran final: los temibles San Antonio Spurs del sargento Popovich, ganadores eternos que se resisten a entregar el testigo a los chavales de OKC. Ha llegado el momento de confirmar que estamos en el año del Trueno…o, parafraseando al mítico Andres Montes, volveremos a pasar el tórrido verano buscando a Lupita en la árida Texas.




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