Invierno Blanco

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Lo sabe Xavi Pascual. Lo saben el resto de entrenadores y jugadores de la Liga Endesa. Lo saben por las canchas de toda Europa. El invierno se acerca, más bien ha llegado para quedarse y trascender estaciones, y este año se presenta más blanco que nunca

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Invierno Blanco

Juan Luis Barbero

30.diciembre.2013

Partidazo en un Palacio de los Deportes abarrotado (13.217 espectadores), para desacreditar una vez más esa falacia que sostiene que el baloncesto no interesa demasiado en nuestro país. El Madrid saltaba a escena con Tremmell Darden en el quinteto, buscando castigar físicamente al rival repitiendo la maniobra de la última final ACB.  El Barcelona con un quinteto algo liviano, sin un Lampe condenado al ostracismo y con Nachbar acompañando a Tomic (muy silbado por la afición local) en la pintura. La tropa de Pablo Laso identificaría al instante esa debilidad, cargando el juego sobre un acertado Bourousis en los primeros instantes. Huertas daría la réplica activando el ataque culé, amparado en su manejo de balón para dividir y anotar con su clásico tiro en movimiento, pero los merengues amagaban ya con la escapada. En plena excitación tras un tapón colosal de Darden a Dorsey, el Madrid se colocaba 17-11 arriba, para acabar el cuarto 23-18.

El segundo parcial dejaría al descubierto una terrible debilidad blaugrana: la manifiesta impotencia a la hora de proteger su aro. Sangría brutal en la canasta visitante, con 4 rebotes ofensivos de un Slaughter hiperactivo, mostrando esos intangibles que le convierten en pieza capital dentro del engranaje blanco. Pero el verdadero protagonista del cuarto sería el capi local, un magistral Felipe Reyes reencarnado a ratos en Dirk Nowitzki. Fade away con canasta a tabla, 2 triplazos ante la desidia de Lampe… 12 puntos de Felipón que permitían al Real marcharse al descanso con otros 12 de ventaja. El glorioso alley-oop perpetrado entre Sergio Rodríguez y Marcus Slaughter ponía brillo a la tarde-noche. 48-36.

Capitán desatado. Fuente: efe.es

Tras el receso el equipo de Pascual trataría de agarrarse al partido volviendo a su estrategia de inicio, Huertas controlando, dividiendo la defensa y bien jugándosela, bien buscando a Tomic por dentro. Con la pareja logrando un mini parcial de 0-6 y Llull enfangado en la dirección merengue (e incapaz de sujetar a Navarro), el Barcelona recortaba la desventaja al tran tran. Los dos equipos en bonus: territorio Rudy Fernández. El alero mallorquín decidió subir varios pistones su agresividad ofensiva para buscar faltas y canastas en enérgicas penetraciones. 5 puntos seguidos de Rodolfo y la actividad defensiva merengue (provocando varias pérdidas de balón en el rival, con Draper al mando) llevarían el partido a un contundente 66-51. Los de Laso creando parciales a la velocidad del rayo. Detallazos como ver a un recién llegado como Bourousis de pie, animando sin descanso desde el banquillo, o a Sergio Rodríguez pidiendo a su entrenador mantener a Darden en pista para defender la última posesión del cuarto, hablan a las claras de lo que es este equipo. Máxima concentración, inmenso compromiso. Maravillas del Chacho, como un bellísimo 2+1 tras una sucesión de trucos producto de un manejo de la naranja más propio de un mago, alucinaban a los presentes en el coliseo capitalino. El prestidigitador barbudo es genial patrimonio no ya del basket patrio, sino del mundial.


El Barca seguiría remando para lograr recortar la losa por debajo de los 10 puntos en el 4º periodo, pero en todas las ocasiones aparecería un maduro Mirotic frustrando sus esperanzas. Nunca pareció correr peligro real la 25ª victoria consecutiva de este Madrid histórico, cerrada definitivamente con 6 puntos finales del gigante griego Bourousis. 98-84 el resultado final, con 18 puntos de Rudy Fernández, 15 + 6 pases letales de Sergio Rodríguez y 14 con 6 rebotes de Mirotic. Los puntos de Huertas y Navarro (32 entre ambos) y la lucha de Oleson, elementos salvables en unos blaugranas perdidos entre las pérdidas de balón y las capturas concedidas. 

 

Decía Xavi Pascual en la revista Gigantes hace unos meses, en encendida defensa de su forma de entender el baloncesto, que no creía que existiera una manera de jugar bien a ésto. La felicidad colectiva de las más de 13.000 almas del Palacio bien podría hacerle cambiar de opinión.

 

Los invictos agradecen el aliento de la parroquia. Fuente: actualidad.es