Hay que estar a lo que hay que estar

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Theobald Phillips infunde su aura de la sabiduría oriental que tanto bebían nuestros abuelos para espigarnos las claves de la derrota del Mad Croc Fuenlabrada ante el Triumph ruso, que se llevó el partido gracias a la sabia gestión que los eslavos hicieron de la renta acumulada en la primera mitad. Lo ajustado de la derrota (75-76) y la comprimida-escasa rotación de los rusos hace soñar con remotada en relación al segundo partido de esta elimnatoria de cuartos, que se disputa este jueves en Moscú. Si el equipo de Porfi Fisac vuelve a caer, adiós al sueño europeo.

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Hay que estar a lo que hay que estar

Theobald Philips

14.marzo.2012

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“¿Pero qué es esto?” Mad-Croc Fuenlabrada Montakit pagó caro no salir centrados en el primer duelo de cuartos de final de Eurochallenge. Fotógrafo/Fuente: Fran Martínez / www.baloncestofuenlabrada.com



Dijo Porfi al término del partido que su equipo estaba despistado de tanto cambiar el trabajo de despacho (Eurochallenge) con bajar a la obra para hacer cemento (ACB). Efectivamente, como en la nueva campaña de la DGT, salió ayer el Fuenlabrada a la carretera programando el GPS en ataque (con lo que no encontraba el camino del aro) y hablando por el móvil en defensa (con lo que no había ayudas). Y ese despiste le hizo chocarse contra el rocoso Triumph.

Los rusos, a falta de su joven estrella (e hijo de su actual entrenador), son un equipo apañado , basado en una rotación corta donde sus tres americanos juegan prácticamente todos los minutos, repartiéndose los nacionales el resto. Ellos lo tienen claro, balones al poste para Jerry Jefferson como primera opción, que si no Landry (una especie de Mainoldi canadiense) podrá tirar cómodo o, en última instancia, McKee o alguno de los rusos (fundamentalmente Kuzyakin) conseguirán alguna ventaja. Atrás, el coach Karasev estaba obsesionado con los tiradores exteriores, con lo que la orden (salvo en el último cuarto) era acosar a los francotiradores naranjas, aún a riesgo de dejar huecos a los pívots. La receta es sencilla pero, si te despistas, resulta efectiva. En menos de cinco minutos, el parcial era de 4-15.

Tras el tiempo muerto que pidió Fisac , se incorporaron al juego Laviña, Laso y, un poco después, Leo Mainoldi, el mejor local. Pero aunque Fuenlabrada (el equipo) parecía en el partido, la verdad es que sólo conseguía estabilizar la ventaja entre diez y catorce puntos, ya que en realidad sólo Fuenlabrada (el público) estaba en él, poniendo un ambiente que fue elogiado y agradecido posteriormente por Karasev. Los nervios y despistes persistían, y los pequeños parciales conseguidos se malgastaban en nefastas distracciones al volante (técnica a Ferrán por insistir sobre el preaviso de técnica, robo infantil de un rebote de Adrián, bandejas falladas, nefasto porcentaje en tiros libres, etc.). Triumph seguía a lo suyo, balón a Jefferson (que si hubiera metido los tiros libres…), si no a Landry (que hoy ve el aro como una piscina) y, si no, Kuzyakin lleva al poste a su par, más bajo que él, o McKee rompe la cintura a los bases. En resumen, 35-46 al descanso.

En la reanudación, los pupilos de Fisac hicieron caso a Leo Harlem y salieron centrados en el tráfico baloncestístico. Se demostró que Fuenlabrada no es un equipo-milagro, porque no es un dios providente el que contra natura le confiere sus éxitos, sino que éstos son el resultado del trabajo a destajo. La defensa se cerró en una maraña de ayudas y, en ataque, se aprovecharon los huecos de la táctica rusa para que un Adrián Laso muy efectivo encontrara con facilidad el aro. Las diferencias se acortaban, y los nervios subían en uno y otro bando: técnica doble a Hall y Jefferson, técnica al banquillo ruso, cinco, cuatro, tres, dos y…58-59 al finalizar el tercer cuarto. Todo había salido bien, salvo que en la lucha por un rebote en el último minuto Adrián Laso (12 puntos, 4 rebotes y +8 en el +/-) se lesionó, y tras las refriegas sufridas uno no podía saber si la cabecita de Mike Hall estaría centrada hasta el final.


 

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La rodilla lesionada de Laso privó al Fuenlabrada (y le privará en el segundo partido) de uno de sus puntales en el exiguo juego interior. Fotógrafo/Fuente: Fran Martínez / www.baloncestofuenlabrada.com


En el último cuarto, el entrenador del Triumph intentó sorprender con una zona 3-2 que acabara con la sangría sufrida en los anteriores diez minutos. Consiguió su objetivo, limitando la anotación madrileña. Como éstos tampoco cejaban en su defensa, la lucha se volvió un espeso intercambio de pocas canastas y muchos fallos, siempre con los rusos un punto arriba hasta el minuto cinco, aproximadamente, donde Fuenlabrada encontró la forma de descerrajar la zona y romper el marcador con sendos triples de Mainoldi y Penney (68-65). De ahí hasta el final, Triumph recuperó la receta (y Jefferson la puntería en el tiro libre), mientras que los locales fallaron alguna canasta de más. Como la última entrada de Colom, que se salió de dentro (75-76) obligando al Fuenlabrada a conquistar otra vez Rusia si quiere tener posibilidades de llegar a la Final Four.

 



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