Esteban Batista, orgullo y coreografías en la zona

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A las 13.30 del pasado domingo a nadie en su lúcido juicio se le hubiese ocurrido que Estaba Batista iba a ser el MVP de la jornada. Su equipo, el Baloncesto Fuenlabrada, perdía por una veintena de puntos al descanso con el Meridiano Alicante. Y él no parecía la opción más fiable para resolver el problema; en la primera mitad sólo había sido capaz de sumar cuatro puntos. Pero algo cambió en la segunda parte. Fue una variación colectiva, cuya chispa encendió el orgullo competitivo de Ferrán Laviña, autor de dos robos de balón claves para variar la dinámica del partido. Laviña, como antes Guardia, personificó el corazón competitivo del equipo y no dejó que sus compañeros bajaran los brazos. Amparado en ese ejemplo, Batista empezó a producir con la rabia de los que no se rinden a la primera. Entre él y el expansivo Gustavo Ayón revolucionaron el partido hasta propiciar una victoria del Baloncesto Fuenlabrada sobre el Meridiano Alicante (68-76), que dobla el valor de esta distinción del pívot charrúa.

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Esteban Batista, orgullo y coreografías en la zona

Pedro Fernaud

13.octubre.2010

 

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Batista hizo una segunda mitad espléndida en el Centro de Tecnificación de Alicante para

guiar al Baloncesto Fuenlabrada a la victoria. Sus 21 puntos y 12 rebotes

así lo atestiguan. Fuente de foto: Rrspoken de Wikipedia.

 

Como sucede con la mayoría de los jóvenes uruguayos, la preferencia deportiva de Esteban Batista estaba depositada en el fútbol. Quienes le vieron en su adolescencia afirman que tenía futuro como portero. Pero el baloncesto entró en su vida y vino para quedarse. No en vano, estamos hablando de un tipo de 2’08 cuyo peso es de 123 kilos, según la wikipedia.


Pronto, con poco más de 21 años, se convirtió en un jugador determinante en la liga uruguaya, donde en la temporada 2003-2004 llegó a promediar 20,1 puntos y 15 rebotes por encuentro. Sus demostraciones no pasaron inadvertidas en nuestro país, donde jugó con el Aguas de Calpe en el curso 2004-2005, promediando 10,6 puntos y 5,5 rebotes por velada. Luego vino el paso fugaz por el Madrid, los enfrentamientos a tumba abierta con Kambala en los entrenamientos y la cesión al Pozuelo (las pegas de ser un extracomunitario…).


También su paso por franquicias NBA como los Atlanta Hawks y los Boston Celtics, donde aprendió inglés, engordó su cuenta corriente y pulió su sentido de la autodisciplina. Ya de vuelta a Europa se labró un prestigio continental con el Macabi Tel Aviv y lleva un par de temporadas con el Baloncesto Fuenlabrada, donde ha tenido tiempo para mostrar sus luces y sombras.


En el primer apartado, figuran sus matizadas coreografías en el poste bajo, donde casi siempre saca algo positivo: esta vez una canasta, más tarde una falta personal…También su orgullo competitivo, que le lleva a ser una garantía en la recolección de rebotes y, si está lo suficientemente motivado, un lobo en la defensa tres cuartos, como bien padeció el año pasado Tiago Splitter.


En el debe de este todavía joven gigante figura cierta tendencia a la apatía y la irregularidad. Además, le cuesta jugar de un modo colectivo en el poste bajo. Si aprende a pasar mejor o invertir el sentido de la pelota (y parece que poco a poco lo está haciendo) la influencia de su juego en el rendimiento de su equipo será mucho mayor. Puesto que aprovechará mucho mejor las situaciones de desequilibrio defensivo que su juego crea en el adversario.


Sea como fuere, celebramos su éxito en la jornada segunda como jugador con mejor valoración porque es el triunfo del espíritu indomable de los equipos modestos que no bajan los brazos ante la situaciones adversas. Sus números en ese partido ante el Alicante, por cierto, hablan por sí solos: 21 puntos y 12 rebotes para sumar una valoración total de 35 puntos.


Para terminar esta polaroid, unos cuantos apuntes personales que acerquen más la figura de Esteban Damián Batista Hernández. Cuando uno le ve jugar tiene la impresión de que está ante el mismísimo ‘Coloso’, obra cumbre de la pintura española que hasta hace bien poco se adjudicaba a Francisco de Goya  por unanimidad y ahora algunos expertos atribuyen a Asensio Juliá, seguidor suyo.  Los parecidos son razonables: la elevada estatura, la abultada espalda, la expresión del sujeto, que se intuye fiera y su vocación de dominio y gobierno…Si hablamos de la figura mitológica, sobre el destino de los hombres, si nos referimos al jugador de baloncesto, sobre el destino de los partidos.


El caso es que el pívot charrúa afronta esta temporada con ilusión renovada. Se percibe que está con muchas ganas de ayudar al Fuenla a permanecer un año más en la élite. También que quiere labrarse los méritos para jugar la temporada que viene en uno de los grandes de la liga (deseo que expresa en la mayoría de las entrevistas que concede).


Mientras lo consigue, a buen seguro que estos días disfruta de su comida favorita, el asado uruguayo, para celebrar los logros de la pasada jornada. Tampoco faltará algún programa de televisión y películas en la comodidad de su casa; acciones que considera sus pasatiempos favoritos. ¿Y para el futuro? Sólo podemos decir que su vacación ideal es ir a una playa. Mientras llega ese idílico descanso, seguiremos con atención sus progresiones como coloso en permanente estado de reivindicación.