El oro de la U-18: una generación con potencial para marcar la pauta de nuestro baloncesto

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España fue capaz de reeditar sus éxitos de 2004 y 1998 y se colgó la medalla de oro en el Europeo sub 18 disputado en el corazón del verano. El equipo dirigido por Luis Guill completó un campeonato para enmarcar; ganó los siete partidos que disputó, coronando su eslalón ganador frente a la poderosa Serbia en la final, a la que subyugó con un ajustado 71-65.. Lo hizo con unas señas de identidad que ya apreciamos esta temporada en los otros éxitos  (oro europeo en sub 20 masculino y femenino, plata mundial para las féminas sub 19): defensa muy afinada, garra, importante capacidad mental, dosis apreciables de talento y mucha fe en el triunfo.

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El oro de la U-18: una generación con potencial para marcar la pauta de nuestro baloncesto

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Pedro Fernaud

18.agosto.2011

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Jaime Fernández ha sido uno de los ejes primordiales sobre los que ha girado la exitosa selección sub 18 que tantas cosas buenas promete para nuestro baloncesto. Fuente de foto:acb.com


Ángel Palmi, el director deportivo de la Federación, considera que el punto de inflexión en la eclosión de talentos que estamos viviendas estuvo con la generación de juniors de oro del 80 (sí, aquella lista de jugones encabezada por Navarro, Reyes,  Gasol y Calderón) que se proclamaron campeones mundiales en categoría junior al vencer en la final a Estados Unidos.


Dicho con sus palabras: “Esa generación entendió  la competición como disfrutar. Desde entonces no hay que explicar ni repetir la filosofía. Se transmite de los hermanos mayores a los pequeños. Hay una dinámica global. El espíritu pasa de una generación a otra. Los sub 18 vieron todos juntos ganar a los sub 20, los sub 16 han visto a los sub 18… Y todos sacan el orgullo: ‘Si ellos han ganado, nosotros también’. Los valores de trabajo en equipo, de competición, de luchar contra la presión, se transmiten. Tienen la misma fe y garra. Los seleccionadores son más maestros que entrenadores».


Es una verdad incontestable, desde 2000, el baloncesto español ha conseguido 48 medallas en todas las categorías. La generación U-18 que nos ocupa, tiene, además, muy buena pinta. Palabra del seleccionador Luis Guill: “Es la selección con más talento que he entrenado”.


“Un porcentaje muy alto de los jugadores que hay aquí tiene talento de sobra para jugar en lo más alto”. Sus palabras también abren la perspectiva y señalan la importancia del logro dentro de la historia reciente de nuestra selección en esta categoría: “Hemos cerrado el cÍrculo, ya que desde el 2007 nos habíamos quedado fuera de las semifinales. Hemos recobrado el camino y por fin estamos donde nos merecemos. Por su carácter y personalidad, este equipo se lo merece”.


El caso es que el equipo dirigido por el entrenador del UCAM Murcia ha funcionado en torno a una dinámica vistosa de juego: con ataques alegres, preferencia por el contraataque y una defensa coral, llena de alternativas. En este caldo de cultivo, varios han sido los jugadores que han sobresalido. Por el honor de las distinciones, merece la pena mencionar en primer lugar a Alejandro Abrines, MVP de la competición y lógicamente incluido en el quinteto ideal del campeonato.


El escolta del Unicaja ha hecho un campeonato extremadamente regular (rasgo que seguramente ha decantado la balanza a su favor a la hora de escoger al chico más valioso de esta competición). Abrines tiene como entrenador personal a Pepe Laso (el padre de Pablo y viejo druida en el arte de modelar talentos de nuestro baloncesto). Su habilidad física para encontrar diferentes caminos a canasta (y rebotear) le ha hecho completar una hoja de servicios estadísticos muy estimable: 13,1 puntos y 4,8 rebotes.


Otro que también ha partido la pana en la faceta estadística (12,2 puntos y 10’ 4 rebotes) es Dani Díez, cuya actuación fue especialmente brillante en la ascensión a la gloria de la ‘rojita’ en tramos decisivos del campeonato. Díez es un alero moderno (2’01) con hambre de rebotes de Carpanta y facilidad para ver cesta desde diferentes frentes de ataque (estos rasgos, unidos a una silueta con parecido razonable a Andrés Noccioni han hecho que algún periodista le haya comparado ya con el alero internacional argentino).


Sea como fuere, estamos hablando de un chico con unas cualidades fuera de lo común, lo que le permitirán alternar con el primer equipo del Real Madrid, tras hacer trasvase al equipo blanco hace un par de temporadas desde la cantera del Estudiantes (historia insólita, ya sabemos). Pablo Laso quiere seguirle de cerca esta temporada, lo mismo que a Jorge Sanz, el talentoso base que ya debutó con la elástica blanca en la temporada pasada y que fue el hombre más destacado de nuestra selección en la final (22 puntos ese día), partido en el que fue designado como hombre más valioso.


Otro base a seguir muy de cerca (que en esta campeonato también ha jugado como escolta) es Jaime Fernández (al igual que todos los mencionados, generación del 83) el niño hombre que ya ha disfrutado de minutos importantes en el primer equipo Estudiantes a lo largo de esta temporada. El campeonato de Jaime ha ido de más a menos. Su comienzo fue esplendente y mantuvo el tono hasta las semifinales y final, choques en los que la sobrevigilancia a la que se vio sometido jugó a favor de otros de sus compañeros.


Sea como fuere, sus estadísticas hablan por sí solas: 12,8 puntos, 2,6 rebotes y 4 asistencias. Su manera fantasía de jugar abre muchas puertas (en las defensas rivales y en los corazones de los aficionados) , con penetraciones llenas de requiebros técnicos, un tiro bastante potable y mucha imaginación dar un pase ganador al compañero. Hablamos, en suma, de una generación con marchamo ACB.


¿La buena noticia? Hay gasolina para el relevo también en esta categoría, gente con clase como Albert Homs, Josep Pérez y Guillermo Hernangómez, todos ellos generación del 94, que el año que viene deberán liderar un nuevo asalto al podio continental.


Entretanto, nos quedamos con el oro de esta selección. Un triunfo protagonizado por adolescentes que han interiorizado con mimo valores como actitud, esfuerzo, trabajo, alegría y humildad. Valores con los que se puede evolucionar como persona, como jugador de baloncesto…Y como lo que haga falta. Enhorabuena y buena suerte, chicos.

 



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