El arte de hacer avioncitos

blogs-iconoacb-icono

16-1 es un parcial que vale como metáfora. Hacer eso en el baloncesto equivale, en la vida real, a ‘panear’ a tu colega de toda la vida en el juego de los dardos (doble con la primera tirada, triple con la segunda…), hacer todo el trabajo del día en las tres primeras horas de jornada o fluir en una de esas noches en las que la mayoría de las chicas te ponen cara de sí.

***

El arte de hacer avioncitos

pedro_fernaud

Pedro Fernaud

23.enero.2012

120123_fuenla

Saúl, líder en el partido, no tuvo problema en hacer lo propio con las celebraciones… Autor y fuente de foto: Fran Martínez y baloncestofuenlabrada.com


El Fuenla se cobró esa distancia en el despegue de su partido ante el Blancos de Rueda. El resto de la trama consistió en una sabia administración de esa renta, con medio Fernando Martín con la oreja puesta en los transistores para saber si Valencia y CAI sucumbían en sus respectivos duelos, como finalmente sucedió (mención especial en este punto para el gigantesco orgullo competitivo de los maños, que casi ganan al Barça en su feudo por segundo año consecutivo).

 

El partido deparó momentos de bastante elegancia. Decir eso en un deporte colectivo como el baloncesto equivale a señalar que ambas escuadras movieron con criterio y acierto el balón. El Fuenla , en ese sentido, se llevó la palma. A través de ese juego combinativo se ha hecho un nombre en el baloncesto español durante el último lustro y este domingo renovó su pegatina-logo. Mike Hall y Leo Mainoldi, con dos triples cada uno, fueron los estiletes preferentes en una serte del juego en la que el extra-pase juega un papel primordial.

 

Enfrente, el Blancos de Rueda no se rindió. Mostró algo muy parecido a la grandeza para renacer de sus cenizas. El mejor exponente de ese orgullo lo personificó Jhornan Zamora, que no estuvo inspirado en ataque, pero le dio un voltaje de energía a su equipo que resultó contagioso. Los pucelanos estuvieron cerca de equilibrar la contienda gracias a la versatilidad de Diego García, máximo anotador visitante con 16 puntos, y la puntería de Isaac López y el magisterio interior de Edu Hernández Sonseca, cuyas luminosas zapatillas dejan a gente como Corbacho (el presentador-actor enamorado de las estridencias ) en un irreverente de peluche.

 

Sea como fuere, el Fuenla no se distrajo. Compitió con la solvencia propia de los equipos nobles de la liga (no en vano, navega séptimo en liga, con nueve triunfos) y se encomendó a la capacidad de aceleración de Saúl para anotar cerca del aro, penetraciones mediantes, cuando el asunto del tiro se convertía en una redundancia. Dentro de la pintura, el equipo naranja ha buscado a tres jugadores para regenerarse de la ausencia de Ayón. Mike Hall (de razonable parecido con Will Smith) ve aro con facilidad, aunque prefiere alejarse de la zona. Michel Diouf, el pivot senegalés que se estrenaba en este partido, apunta maneras y Robert Joseph no es ningún virtuoso de la anotación pero defiende como una roca.

 

El caso es que el Blancos apretó el acelerador en la recta final y amagó con neutralizar a los locales, gracias entre otras cosas a la puntería de López. Pero no se puede remar todo el rato cuesta arriba. La serena dirección de Colom y el juego coral del Fuenla, siempre liderado por Saúl, certificaron la buena noticia. Once años después, el Fuenla se vuelve a vestir de gala para pasear su estilo de fresco y hacendoso en la Copa.

 

Para celebrarlo, los jugadores se lanzaron al parqué como si fueran una bandada de hidroaviones; festejo marca de la casa. Un modo simpático y juvenil, como el alma de este equipo, de seguir marcando muesca en el lomo de estos hacedores de milagros.

 



*No olvides puntuar este artículo (en la cabecera) y hacer un «+1 Google» (a continuación) para publicitarlo. Nos será de gran ayuda tu opinión. Gracias 🙂