De poder a poder

Pudo ganar cualquiera, pero al final la victoria se decantó por el más necesitado y por el que más fe tuvo en lograrla. Los dos primeros cuartos fueron para el CAI, pero el parcial del tercero (24-10) fue clave para la recuperación local. El tridente Renfroe, Hunter y Nacho Martín fue letal, así como la gran defensa de Montañez y Grimau. Por el CAI, Norel y LLompart mantuvieron a su equipo con opciones de victoria hasta el final de la prórroga. [Estadísticas]

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De poder a poder

Jorge Álvarez

14.enero.2013

 

Los que junto con Renfroe se salieron (Martín y Hunter), hicieron de todo: mates, triples, rebotes, asistencias, sólo les faltó bailar con las «cheerleaders». Fuente de foto: Fiebrebaloncesto.com / Marcos Sánchez González

Merecidamente, en todas las crónicas de este partido se hablará del gran partido de los tres mosqueteros del Blancos de Rueda: Renfroe, al borde del triple doble (17 ptos, 9reb, 9asis), Hunter, reboteador y anotador en momentos clave y Nacho Martín (30 de valoración, 22 ptos y 12 reb). Pero muy pocas hablarán del gran trabajo oscuro de Grimau y Montañez, defendiendo y peleando cada balón como si fuera el último. El cinco titular de los de Pucela volvió a tirar de garra para, cada uno haciendo lo que mejor sabe, doblegar a un gran equipo como es el CAI, con un perímetro temible, pero al que le faltó instinto asesino para rematar el partido cuando ganaba de 17 en el segundo cuarto.

Haciendo honor a la concentración motera de pingüinos que se celebra estos días en Pucela, el partido comenzó muy frío, tanto en la cancha como en la grada. El otras veces caliente Pisuerga parecía un teatro y el equipo local se contagió del ambiente reinante. Desde el salto inicial el CAI tomó el mando de la mano de Llompart, los puntos de Roll y el poder de Norel bajo el aro. Las defensas alternativas de los maños, desorientaron a los pucelanos quienes no encontraban el camino a la canasta y perdían balones tontos  (6 sólo en el primer cuarto). Ni siquiera el debut de Pat Ewing Jr y Sosa consiguió despertar tanto al público como al equipo. Al final del primer cuarto 16-21 para el CAI.

 

Los chicos nuevos en Pisuerga: Sosa y Ewing Jr. Aportación de Pat en defensa y prometedor debut de Sosa. Fuente de foto: Fiebrebaloncesto.com / Marcos Sánchez González

 

En el segundo cuarto, el CAI siguió haciendo sangre. Con sus tiradores en pista, comenzaron a ametrallar el aro local desde la línea de 3 (7-14 al final del 2º cuarto). Roll, Van Rossom y Topper, lograron abrir el parcial hasta un 22-39 en el min 16, y si fallaban, allí estaba Norel, inmenso en el rebote de ataque. Sin embargo, el Blancos de Rueda recuperó a su quinteto inicial y de mano de un inspirado Renfroe, lograron endosarle al CAI un parcial de 14 -5 que dejaba el partido abierto para el segundo tiempo (36-44). A lograr ese parcial también ayudó la tercera falta personal de Norel, más importante de lo que parecía, dado el desarrollo del partido en el tercer cuarto.

 

Henk Norel sabe como jugar en la zona, por momentos parecía que nadie lo podía parar. Fuente de foto: Fiebrebaloncesto.com / Marcos Sánchez González

 

Tras el descanso, el partido cambió. Roberto González  aleccionó a sus jugadores sobre lo que había que hacer para ganar el choque y sus palabras no cayeron en saco roto. El Blancos de Rueda comenzó a defender y rebotear, mientras en ataque Renfore se aliaba unas veces con Nacho Martín y otras con Hunter para superar una y otra vez a la defensa del CAI con un simple pick&roll. De este modo, el Valladolid lograba su primera ventaja en el marcador en el min 28 (53-52). El parcial estaba abierto y el CAI perdido en la cancha. En todo el tercer cuarto no lograron un solo triple y el parcial de rebotes fue de 14-4 para los locales. Los números hablan de la intensidad de uno y otro equipo. Y si el CAI no encontraba la línea de tres tan fácil como en el cuarto anterior era gracias a la gran defensa de Grimau y Montañez. Ambos son jugadores limitados en ataque, sobre todo el primero, pero que en cada partido luchan al máximo y defienden cada balón con el alma. Siempre son necesarios este tipo de jugadores en cualquier equipo, porque contagian intensidad y garra tanto al público como al resto de los compañeros.

 

Jordi Grimau cada vez se parece más a su hermano (Roger): defiende (a Rudez, Topert, …), penetra y tira cuando nadie se atreve. Fuente de foto: Fiebrebaloncesto.com / Marcos Sánchez González

 

En el último cuarto, a pesar de que el Blancos de Rueda le había dado la vuelta al encuentro con parcial de 24-10 en el tercer parcial y se ponía 6 puntos arriba (60-54), el CAI volvió a entrar en el partido de la mano magistral de Llompart. El base dirige y aparece cuando más quema el balón. Un triple suyo nada más comenzar el último cuarto vino a decirle a su equipo que todavía había que pelear. Así lo entendió Aguilar que aprovechó los minutos de descanso de Nacho Martín, así como Roll y Norel, quienes lograron empatar el partido a 70. A partir de ese momento el juego se volvió loco. En dos minutos que faltaban cualquier detalle podía decantar la victoria para uno u otro lado. La prueba son las tres últimas jugadas del partido. Con el marcador en empate, Grimau roba y lo que parecía ser una canasta fácil se convierte en un gran tapón de Norel. En la jugada siguiente Renfroe vuelve a robar pero comete pasos. Parecía que nadie quería ganar, hasta que Llompart anotó un triple que colocó a su equipo 3 arriba a falta de 29’’.

 

¡Un base con mayúsculas! Gran partido de Pedro Llompart. Fuente de foto: Fiebrebaloncesto.com / Marcos Sánchez González

 

Tras el tiempo muerto de Roberto González, el CAI decide defender la última posesión y no hacer falta. De hecho parece salirle bien la jugada, porque el balón termina en manos de Grimau quien falla el triple. Pero ahí estaba Hunter para atrapar el rebote y sacar el balón hacia Nacho Martín quien sí acierta desde la línea de tres, empatando de nuevo el partido. Jose Luis Abós  pidió tiempo para preparar los últimos 7’’ del partido. El balón le llegó a Roll que se había quedado con Hunter, pero los árbitros no señalaron nada a pesar de las protestas del banquillo zaragozano.  Final del tiempo reglamentado con 79-79 y cinco minutos más de prórroga.

 

Si comenzábamos diciendo que el pabellón parecía un teatro en los dos primeros cuartos, el ambiente cambió por completo durante la segunda mitad y sobre todo en la prórroga. Sin hacer cambios, Roberto González se la jugó con su quinteto ideal y, apoyado por su público apuntilló al CAI, gracias a un Nacho Martín imperial (30 de valoración) y la conexión Renfroe-Hunter, imposible de parar en todo el partido por la defensa maña. Sólo Norel siguió ofreciendo resistencia por parte del CAI, pero anulado su juego exterior por la gran defensa de Grimau y Montañez ya no pudieron optar a la victoria.

 

Los que junto con Renfroe se salieron (Martín y Hunter), hicieron de todo: mates, triples, rebotes, asistencias, sólo les faltó bailar con las «cheerleaders». Fuente de foto: Fiebrebaloncesto.com / Marcos Sánchez González

 

Al final, 93-88 para el Blancos de Rueda. Victoria muy merecida y necesaria para seguir manteniendo la distancia con los puestos de peligro. El equipo local ha demostrado que tiene un quinteto de garantías, pero si no quiere pasar apuros en la segunda vuelta necesita más aportación desde el banco. Sinanovic aportó, aunque siempre se espera más de él. El debut de Sosa fue esperanzador y a Ewing se le vio fuerte en defensa, a la espera de que conozca los sistemas y ver de lo que es capaz en ataque. Pero sobre todo se esperan las recuperaciones de Navarro y O´Leary, para volver a ser ese equipo sorprendente que optaba a meterse en la copa a mitad de la primera vuelta.

 

Finalizada la primera vuelta el Blancos de Rueda se sitúa en el puesto número 13, con 7 victorias, 4 por encima del descenso. Un buen balance para un equipo condenado a reinventarse cada 5 meses.

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