Chris Webber: el mago de la zona

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Chris Webber era un faro de clase y lucidez en el poste bajo. Durante un puñado de temporadas, en el vértice entre los años 90 y la primera década del siglo XXI, sembró la NBA de elegancia, precisión y plasticidad. Juan Luis Barbero nos explica sus cualidades con un estilo muy similar. 

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Chris Webber: el mago de la zona

Juan Luis Barbero

5.enero.2012

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Chris Webber: elegancia, fluidez y chulería en las dosis justas que requiere una estrella de la NBA. Fuente de web: nba.com


Hoy vamos a recordar a un jugador memorable, que durante toda su carrera derrochó calidad desde la posición de ala-pívot hasta su retirada hace 4 temporadas y que dejó una marca importante en la NBA: Mayce Edward Christopher Webber III (nombre de rey para el que sería líder de los Kings).

En su etapa universitaria, Webber formó parte de los Fab Five de Michigan, un equipo que pasó a la historia de la NCAA pese a no lograr el campeonato. Junto a Jalen Rose, Juwan Howard, Jimmy King y Ray Jackson (los dos primeros también con exitosas carreras en la NBA), jugaron 2 finales. La segunda resultó especialmente dramática para nuestro protagonista: en un capítulo que le marcaría el resto de su carrera, Webber pidió un tiempo muerto a 11 segundos para el final del partido con su equipo 2 abajo ante Carolina del Norte. El problema es que Michigan no disponía ya de tal tiempo muerto así que la cosa se resolvió con una técnica y dos tiros libres y posesión para los Tar Heels. Los Fab Five de Michigan perdían así su segunda final consecutiva.

Con todo, Webber salió elegido nº1 del draft de 1993 por los Orlando Magic, que le traspasaron a Golden State a cambio de Penny Hardaway (otro excepcional jugador que formaría un dúo memorable con Shaquille O´Neal) y 3 primeras rondas. El trayecto de Chris en los Warriors resulta efímero: una temporada , rookie del año, primera ronda de playoffs,  bronca con Don Nelson y traspaso a Washington. En los aún Bullets, Webber muestra su versión más poderosa. Junto a su compañero de universidad, Juwan Howard , forma un juego interior bestial  y sus mates aterrorizan a la liga. Pero el equipo sólo llega un año a los playoffs, y no pasa de la 1ª ronda.

La etapa más trascendente de la carrera de C-Webb llega con su aterrizaje en los Sacramento Kings. El jugador tenía reparos hacia una franquicia como la californiana, deprimida por aquellas fechas. Pese a ello el impacto fue inmediato: en su primera campaña en el equipo (la del primer lockout) , se convierte en el máximo reboteador de la liga y los Kings juegan los playoffs , a los que no faltarían nunca con Webber en el roster. Los puntos álgidos llegarían con aquellas series memorables contra los Lakers del Three-peat, en las que quedaron a un paso de jugar las finales. En los Kings Webber lo era todo: anotador y reboteador, su extraordinario talento le convertía incluso en el director de juego desde el poste bajo, asistiendo con facilidad pasmosa a sus compañeros. Conforme sus rodillas le iban fallando, la explosividad de sus inicios le abandonó , pero su calidad suplía esas limitaciones físicas sobradamente.

La etapa final de su carrera vendría marcada por las lesiones. Tras su salida de Sacramento aún brillaría en Philadelphia (20 puntos y 10 rebotes en la 2005/06) claramente lastrado ya por su físico, e incluso en Detroit en un papel más secundario. Con el equipo de Michigan, su estado natal, tendría una última aventura en los playoffs en busca del ansiado anillo que coronara su trayectoria. No pudo ser: los Pistons cayeron en las finales del Este ante los Celtics del Big Three, que ganarían después el anillo ante los Lakers.

La última campaña de Webber no pasó de 9 partidos jugados en los Warriors, su primer equipo NBA, al que volvió en el ocaso de su carrera. Con su retirada se nos fué uno de los cuatros más elegantes que el que escribe ha visto jugar al baloncesto. Un auténtico lujo en una etapa en la que en su posición competía con monstruos como Duncan, Garnett, Malone…La edad de oro de los ala-pívots. Un mago sin anillo, pero con un legado inolvidable.

 



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