Cansado de perder de tres

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83-83, Fuenlabrada pasó la oscura página de Murcia y retomó la senda del buen juego para plantar cara al Baskonia, haciéndole sufrir hasta el último segundo. Nocioni y Heurtel se encargaron, cada uno a su modo y en su momento, de hacer que no saltase la sorpresa en el Fernando Martín.

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Cansado de perder de tres

Theobald Philips

28.abril.2013

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Foto: Lydia Lozano / www.fuenlafreak.com
Según su entrenador, solo la edad no permite a Thomas Heurtel tener más consistencia. Ayer, en el último cuarto, la de cal que enterró a Fuenlabrada (13 p, 7 as, 16 val)

 

Cansado de perder de tres ante equipos de Euroliga, cansado de que le den palmaditas en el hombro por haber jugado bien y casi haber ganado otra vez a uno de los portaviones de la ACB, así se mostró Trifón Poch este sábado después de un muy entretenido partido en el que los naranjas, liberados de la presión competitiva quizá de forma inconsciente (en el peor sentido de la palabra, pues los marcadores en Valladolid y San Sebastián nunca fueron tranquilizadores), dieron lo mejor de sí mismos durante mucho tiempo y a punto estuvieron de derrotar al remozado Laboral Kutxa Baskonia. Y probablemente lo habrían hecho, de no tener enfrente a un purasangre como Andrés Nocioni que, cuando peor estaban las cosas, sopló el cuerno de Rohan para despertar a los suyos y, echándose el partido a la espalda, lo dejó a punto para que Heurtel lo rematase.

 

La receta local para su cuasi-gesta fue la ya conocida, achicar la cancha a solo 21’25 metros, pues para qué acercarse al aro si ahorrándote ese último tramo las canastas valen más; de hecho, no vimos el primer intento de dos del Fuenlabrada (un mate de Feldeine en contraataque) hasta pasados cuatro minutos de juego. A eso, se añadía una más que eficaz agresividad defensiva y un día de esos donde todo sale bien, pues si Valters recibía un tapón, la bola le caía en las manos a Mainoldi debajo del aro, y si Kurz se tiraba una castaña desde su casa en el último segundo de la posesión, la pilonga rebotaba en el cristal y entraba limpia.

 

El 21-15 del primer cuarto se mantuvo durante el segundo e, incluso, amenazó con estirarse aun más, pues los que entraban a sustituir a los titulares, ya fueran Gladyr o Quino, también la enchufaban manteniendo al equipo local en un envidiable 50% desde la frontera del triple, en la nada despreciable cifra de 16 intentos (solo uno menos que canastas de dos). Con Mainoldi dominando el rebote y la presión defensiva todavía a tope, si no fuera por dos jugadas desesperadas de Nemanja Bjelica en las postrimerías del cuarto, un triple de 8 metros y un palmeo a su propio tiro, la diferencia al descanso habría superado con creces la decena de puntos (39-32).

 

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Foto: EFE / www.acb.com

Andrés Nocioni hizo bueno el nombre de su pueblo (Santa Fe) y creyó hasta el final en la victoria del Baskonia

 

En la reanudación, el pundonor del Chapu hizo que la tendencia cambiara. No fue algo inmediato, ya que a los de Tabak les costó responder a la llamada que, ya fuera con tiros lejanos o con entradas a tumba abierta contra los pívots rivales, les hacía su afamado alero argentino. De hecho, durante unos cinco minutos, la cosa fue un Nocioni vs. Fuenlabrada, y esa diferencia de recursos hacía que la diferencia de puntos alcanzase, incluso, su máxima expresión (50-37). Pero, mediado el tiempo de juego, coincidiendo además con la tercera de Kurz, la insistencia del ex-NBA empezó a dar sus frutos y sus compañeros decidieron sumarse al partido. Primero el pequeño de los Bjelica, que repitió milimétricamente el triple lejano referido más arriba, y luego Pleiss, que sustituyó de forma muy efectiva a un desdibujado Lampe, llenando el hueco que los vitorianos tenían en el centro de la zona.

 

Como ya hemos criticado otras veces, a Poch le dio un ataque de esclerosis banquillar y, paralizado, dejó que el redivivo Bakonia cogiera la racha y redujera de 13 a 3 la desventaja, sin pedir ni un tiempo muerto y olvidando en el fondo del armario a jugadores como Gladyr, que habían hecho una gran primera parte. Un triple postrero de Mainoldi, sobre la bocina, escondió la debacle tras un engañoso 56-50.

 

Pero ya era tarde. Baskonia, de la mano de Nocioni, había despertado, y lo había hecho a ambos lados de la pista. Fuenlabrada ya no tiraba tan cómodo y ¡ay! ya se sabe lo que pasa con los triples, que necesitas menos tiros para los mismos puntos, pero si los porcentajes no acompañan, el partido se te escapa como agua entre los dedos. Así, a los naranjas les costaba un mundo conseguir puntos, mientras que el Laboral Kutxa, con Nocioni, Pleiss, alguna entradita de San Emeterio y un Bjelica muy oportuno, fue recortando hasta que no tuvo nada que recortar, y entonces se dedicó a ponerse por encima.

 

Fuenlabrada intentaba desconcertar a su oponente con defensas alternativas, pero cada vez que tocaba zona, aparecía un hasta entonces inédito Thomas Heurtel y les clavaba un triple. El base francés, destapando el tarro de las esencias (según Tabak, su talento les ha dado cinco o seis partidos esta temporada), encestó 13 puntos y dio 2 asistencias en estos últimos diez minutos, convirtiéndose en la segunda clave para que a Trifón se le quedara aquella carita de perder de tres (83-86) con la que inaugurábamos nuestra crónica.


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