Apagado o fuera de cobertura

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Con prácticamente nula presencia de la autoproclamada mejor afición de la ACB, cosa sorprendente teniendo en cuenta la delicada situación de su equipo, la cercanía y que -por mor de las veleidades de la Arena copatrocinadora- se trataba de un derbi clandestino, Baloncesto Fuenlabrada y Tuenti Móvil Estudiantes dirimían, al borde del abismo, además de su cada vez más enconada rivalidad regional, el oficioso título de equipo con más desconexiones de la Liga Endesa. Capaces ambos de lo mejor, para olvidarse de jugar inmediatamente, en el duelo de irregularidades los locales consiguieron mejorar su consistencia, poniendo una victoria más de distancia con la zona de (no)descenso.

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Apagado o fuera de cobertura

Theobald Philips

18.noviembre.2013

Foto: Lydia Calvo / www.fuenlafreak.com

El pistolero ha llegado ya a la ciudad. 23 puntos sin fallo para Carlos Cabezas

 

Empezó Colom con la batería a tope y la tarjeta llena de saldo, rompiendo a sus defensores en quiebros imposibles para anotar fáciles y no tan fáciles bandejas, sacar faltas o doblar balones a sus compañeros, que le daban cobertura. Quería reivindicarse el andorrano, enviando al palco del Fernando Martín un mensaje. De su mano Estudiantes dominaba, aunque sin holgura ya que, enfrente, Carlos ponía su apellido y su puntería al servicio del equipo, impidiendo que la diferencia fuera más allá, en ningún momento, de un par de canastas.

 

Mediado el cuarto, cuando los de la calle Serrano aun ganaban 8-10, Marcus Arnold sustituyó al joven Diagné y, como Obama allá en Washington, se dedicó a interceptar las comunicaciones estudiantiles. Los whatsapps de Quino ya no llegaban mansamente a los terminales de sus pívots, y las líneas hacia canasta se encontraban colapsadas, quedando la capacidad de anotación de los colegiales como aquella vieja canción “comunicando, comunicando, comunicando…” (4 puntos en 4’30”).


Pero es que Fuenlabrada no solo había apretado las teclas en defensa guardando además, por primera vez en esta temporada, su rebote, sino que, en ataque, además de proseguir con el recital de Cabezas, aprovechaba tanto la superior velocidad de Panko ante Ivanov, como que el bueno de Andy se encontrara defendido justo debajo del aro, demasiadas veces dada la tarifa plana de cambios automáticos que hacen los de Tuenti Móvil, por el base rival. Cuando la bocina mandó a los jugadores a sus bancos, Fuenlabrada dominaba 21-14, solo había permitido un rebote ofensivo y, lo que es casi igual de extraño, tenía el doble de tiros de 2 puntos que de 3 (10/5). Solo la tercera de Arnold, sustituido por Laso, ponía un nubarrón en el horizonte.


En la reanudación, visto que a Colom se le había agotado el saldo inicial, Vidorreta lo intentó con Jaime Fernández. Pero el canterano, que es como uno de esos manos libres que te hace llegar la voz con retardo, imposibilitaba el juego fluido de sus compañeros, que perdieron el hilo del partido (2 puntos más en otros 4’30”). Habían tenido suerte, eso sí, de que Fuenlabrada, por su parte, había entrado también en uno de sus habituales túneles, donde el juego es entrecortado y sin sentido, no consiguiendo romper el partido cuando mejor lo tenían. Cierto que no permitían anotar, con especial mención a un Adrián Laso que dejó en evidencia los muchos pájaros que anidan en la pelambrera de Bebe Nogueira, pero tampoco encontraban aro. Por lo menos hasta que Dani Pérez salió al campo y, dando la razón a Colom, demostró en el control del juego y embocando dos triples consecutivos de los que hay que tirarse y, además, meter, que aquí hay jugador ACB.


Pero, con 9 puntos de ventaja (35-26) a falta de solo 1’15” para irse a las duchas, como tantas otras veces en los partidos anteriores, Fuenlabrada se colgó, encajando para desesperación de las gradas un parcial de 0-10: dos malas defensas que dejaron a Ivanov solo en el triple, con tiempo para pensar, y dos malos pases en ataque que se saldaron con una intencionada de Feldeine y un contrataque en el que el rebote fue palmeado por el búlgaro. Feldeine, con un triplazo en el último segundo, devolvió la honrilla a los suyos dejándoles irse al descanso, por lo menos, ganando (38-36).


¿Cuál de los dos equipos, tan alérgicos al tercer cuarto, sería el que tirara el partido por la borda? En este caso, fue Tuenti Móvil el que contestó la llamada. Fuenlabrada salió como un cohete, haciendo circular el balón rápidamente en ataque hasta conseguir buenas posiciones (otro triple de Feldeine, dos puntos de Paunic…) y, sobre todo, mordiendo atrás (el taponazo de Diagné sería digno de salir las mejores jugadas de la jornada…si alguna televisión se hubiera dignado a venir a este partido). Cabezas seguía a lo suyo, que era no fallar (4/4 2p, 5/5 3p), estirando el marcador a 51-50, mientras que, Estudiantes, incomprensiblemente, confundía al voluntarioso fajador que es Dejan Ivanov con Shaquille O’Neal: toda la estrategia de los de Vidorreta era meter balones al búlgaro y quedarse plácidamente en el 6’75 mirando como los defensores fuenlabreños se cerraban sobre él, seguros de que Dejan conseguiría levantarla. Claro, las diferencias fueron creciendo y, si no llega a ser por el desequilibrio en faltas y tiros libres (4 tiró el Fuenlabrada por 27 Estudiantes), el marcador habría sido de escándalo. Cuando quedando 4 minutos para el fin del cuarto, habiendo cometido Fuenlabrada 7 faltas, se pitó la primera al Estudiantes, los aficionados corearon con jocoso “oé, oé, oé, oé” la actuación arbitral (igual de enfadado se mostró Vidorreta con la falta de agresividad de los suyos, parte importante de la afonía de los trencillas). Tras un triple de Vega a tablero, y un mate de Panko, se cerró el cuarto con 65-53.


En el último parcial, los de Estudiantes seguían sin dar tono ni responder a la llamada de su entrenador. Arnold hacía continuaciones por el centro de la zona para dejar cómodas bandejas, mientras que Panko, Paunic y Cabezas (a pesar del intento de Txus de frenar al base colocándole a Rabaseda encima durante muchas fases del cuarto) seguían anotando desde posiciones cómodas. En defensa, los locales mantenían su rebote controlado, y solo Guillem Rubio, otro fajador, parecía ofrecer algún peligro. Con 5 minutos transcurridos de juego, se alcanzó la máxima ventaja local (75-59). Una última desconexión de los fuenlabreños permitió a los estudiantiles maquillar el marcador hasta el 82-72 e incluso, a cincuenta segundos del final y perdiendo de 14, que Kyle Kuric -¡alabado sea el Santísimo Sacramento!- anotase su primera y única canasta en juego.


Fuenlabrada mostró su mejor cara de la temporada o, por ser más exactos, mostró una mejor cara durante mucho más tiempo que en otros partidos de esta temporada. Equilibró el balance de tiros de 2 y de 3 (aunque al final la cabra tirase al monte), controló el rebote defensivo y minimizó los daños en sus momentos de desconexión, que además fueron más cortos. Es un paso adelante, pero no hay que engañarse. Chus Mateo tiene todavía mucho trabajo por delante, hasta conseguir que el Baloncesto Fuenlabrada lo sea durante 40 minutos.


Y es que Estudiantes ahora mismo no está en disposición de ser piedra de toque de casi nada; le vimos sufrir ante el Valladolid, y eso es una muestra clara de que el equipo no funciona. Con aleros erráticos, un americano de pega y prácticamente solo un base (los únicos minutos medio buenos de Fernández fueron de 2), solo les queda un juego interior de mucha brega, pero castigado por la rodilla maltrecha de Banic cuyos movimientos laterales son casi inexistentes, y el desinterés (o interés por otras cosas) de Nogueira. Apagado o fuera de cobertura, Tuenti Móvil tiene mucho que hacer si no quiere quedarse “comunicando, comunicando, comunicando…”